Madrid y Ayuso no son tan grandes como creen
«Este país es más grande que su capital, mucho más grande»
Isabel Ayuso, cada día más Milei, más Trump, podía, a la manera de este último, adueñarse del slogan publicitario de Cantabria. Cantabria infinita, frase ... nacida en los tiempos de Revilla. Pues Ayuso tendría que quitársela y adoptarla para sus dominios: Madrid infinita. Nada nuevo, ya nos dijo que España cabía en Madrid, opinión que parecen compartir la mayoría de políticos capitalinos y, hasta si me apuran, muchos de sus habitantes. El rompeolas de las Españas, la Villa y Corte, la Babilonia Ibérica, todo pasa por Madrid, todo se cuece allí, todo se decide, nada se le escapa. O eso creen ellos inmersos en sus gritos, sus manifestaciones, sus insultos, sus escándalos, sus jueces, sus fiscales, sus guerras internas… Y, parecen pensar, más allá de Somosierra y de Despeñaperros, estamos sentados alrededor de la mesa camilla, viendo la televisión, admirándoles, aguardando órdenes, con la papeleta con su nombre en el bolsillo ya dispuesta.
Ayuso prepara la guerra contra Feijóo; su general en jefe, Rodríguez, urde estrategias y declaraciones, afila la motosierra, ambos en la creencia de que Madrid y su Puerta del Sol será la explanada donde luchen Aquiles y Héctor, donde Isabel I de Madrid será coronada lideresa de las Españas sobre el cadáver de Feijóo. Pero este país es más grande que su capital, mucho más grande. Tiene una tierra, Andalucía, con un señor que se llama Moreno Bonilla y que no vive en Chamberí, barrio chulapo. Ojo con él, señora Ayuso. Y están Cataluña y Euskadi, que votan derecha, pero no gustan de ver despreciadas sus lenguas maternas. De Madrid al cielo, tal vez. Pero el cielo y la Moncloa nunca fueron la misma cosa ni compartieron camino.
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