¿Quién es ese hombre?
Los tenía a todos engañados, con lo buen tipo que parecía tan grandón dentro del Peugeot…
Hace veinte años, las sobremesas de Antena 3 comenzaban cada día con una pregunta: ¿quién es ese hombre? «Que me mira y me desnuda», continuaba ... la sintonía de 'Pasión de Gavilanes', éxito mundial que venía a ser una versión colombiana de 'Romeo y Julieta', pero en triplicado. Tenía todos los ingredientes de un buen culebrón: amor, pasión, odio y venganza.
A la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, solo le ha faltado hacerse esa misma pregunta de quien hasta hace cuatro días era «un extraordinario secretario de organisación». La sonrisa de Santos Cerdán ya no es «una caricia (uh-uh-uh)» que la mueve y la hace enloquecer. No. Donde hubo pasión, sólo quedan carne chamuscada y ampollas. Si es que ya no se puede poner la mano en el fuego por nadie.
Normal que ya no se le llame ni por el nombre y haya pasado a ser «una persona que no tiene que ver con el Partido Socialista». Que era el número tres y «uno de los mejores secretarios de organisación que ha tenido en la historia» ese partido, vale, pero la gente cambia y Santos Cerdán lo ha hecho para mal. Eso es innegable. Los tenía a todos engañados, con lo buen tipo que parecía tan grandón dentro del Peugeot…
Y mientras los suyos lo niegan más de tres veces, y sin que cante ningún gallo de momento –que todo se andará–, el Partido Popular sale al quite reclamando su cuota de protagonismo. Cuca dice adiós el mismo día del ingreso en prisión de Cerdán, como Feijóo cuando coló el Congreso entre los whatsapps de Sánchez y Ábalos. Podrían sentarse en el umbral a esperar, pero, con estos calores que nos amustian y con la silla puesta a la fresca, de algo hay que hablar y algunos siempre prefieren que sea de ellos. Menudo culebrón, si no fuéramos una tragicomedia. Qué pena.
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