Así da gusto volver
Está el listón alto, pero lo de despedirnos el año que viene, antes de vacaciones, con las multas por lo de la ZBE es otro detalle
De un tiempo a esta parte, vivo en una constante aventura. Y aunque no sea consciente, si vive en Valladolid, usted también. Eso pienso cuando ... me pongo al volante. Nunca sé si el itinerario será el habitual o habrá sobresaltos. Un día, no exagero, fui incapaz de saber por dónde ir y me vi dando vueltas en el aparcamiento del Miguel Delibes junto a otros conductores. Menos mal que uno decidió echarse hacia las tierras y los demás con él. Nos sacó del bucle.
Hay que agradecerle al Ayuntamiento de Valladolid su inestimable labor para que no nos devore la rutina, ofreciéndonos una sorpresa cada día. Es, sin duda, la mejor terapia frente a la depresión postvacacional. ¡Quién se acuerda de la playa, inmerso en un buen atasco por obras camino del trabajo!
Dice la Dirección General de Tráfico que los trayectos cortos pueden ser los más peligrosos. Uno se sabe casi de memoria el trayecto y corre el riesgo de relajarse demasiado. Tampoco ayuda el sueño, justo al volver de vacaciones. Nada mejor que un buen sobresalto para espabilarnos cuando se tiene eso de madrugar algo oxidado. Están en todo.
La web municipal informa actualmente de 25 incidencias. Me he hecho una lista y llevo más vistas que un concejal de obras. Aunque lo mejor de las correrías no son las vividas, sino las que están por venir. En octubre comienza la remodelación del Puente de Poniente. La guinda del pastel. Durante un año va a estar emocionándonos con sus desvíos y retenciones. Así da gusto volver. ¡Menudo recibimiento con pitadas y todo! Está el listón alto, pero lo de despedirnos el año que viene, antes de vacaciones, con las multas por lo de la ZBE es otro detalle. Estaremos deseando marcharnos. Pero de eso, hablamos otro día.
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