Señor ministro

La pregunta, serena, tuvo lugar a la conclusión de una de esas presentaciones sacudidas por el boato propio de quien muestra a la prensa un centro de control de tráfico ferroviario con la misma ilusión que un padre regala a su hijo un coche eléctrico.

Ábalos, 'vicepresidente del Gobierno' según la tarjeta de visita, sufrió en ese instante un momento de ensimismamiento. Sin querer, en el espacio en el que se formulaba la pregunta, el político socialista entró en una burbuja temporal de la que dieron cuenta las órbitas de sus ojos, en ese punto en desesperada búsqueda de auxilio.

¿Feve? ¿Qué es eso de Feve? Habría razones más que suficientes en ese punto de la historia para entrar de lleno en un sketch televisivo, una especie de concurso en el que se debatiera sobre las posibilidades de esta palabra en su vertiente comercial. Feve, entonces, podría ser el nombre de una marca de salchichas, el sello de un detergente de marca blanca o, quizá, las cuatro letras que identificaran juguetes para niños de 0 a 3 años, trenes incluidos.

¿Feve? ¿Qué es eso de Feve? Ábalos no pudo salir de la burbuja temporal ni con la ayuda de sus compañeros y asesores, los mismos que no daban crédito a lo que estaba sucediendo a la espera de que un milagro o un rayo exterminador se tragara a los periodistas, con el autor de la maléfica pregunta en el primer lugar de la lista.

No había forma de regresar a la realidad terrenal así que el vicepresidente recurrió a una frase, hermana de la épica creada por el rival político por excelencia de los socialistas, José María Aznar. Aznar heredó tras una entrevista con el presidente de los Estados Unidos George W. Bush un acento tejano de academia y una frase que vale para todo: «Estamos trabajando en ello...».

El audio de aquellas cuatro palabras muestra una entonación extraordinaria, como épica fue su repetición esta vez proveniente del mismísimo ministro de Fomento del Gobierno de España. Y ahí se quedó. Podía haber continuado con su exposición dentro del gag televisivo: «trabajamos en la mejora de las salchicas Feve, en detergentes Feve más ecológicos o en juguetes Feve para todas las edades». Por prudencia, se quedó en la primera parte.

Feve, la compañía ferroviaria, la misma cuya problemática desconoce el ministro de Fomento a tenor de sus palabras y pese a ser de su competencia, lleva con sus trenes 'atascados' a la altura de la Universidad de León desde hace casi una década, el mismo tiempo en el que el tramo hacia el corazón de la ciudad se encuentra bloqueado.

Feve es uno de los grandes problemas del transporte en León, una cuestión de urgencia que, por esas cosas de la incompetencia política, suma diez años perdiendo viajeros, proyecto y futuro. Feve tiene un tramo urbano que no usa, una vía abandonada e incluso una estación inútilmente remodelada y pendiente de estreno a la espera de sus primeros viajeros. Feve es una ruina, señor ministro porque nadie gestiona la compañía ahora dependiente de Renfe.

Lo ocurrido con Ábalos no es nuevo, ni casual. Ese es el problema de León, que nadie ve su realidad y todos ignoran sus necesidades. Ocurre en las distancias cortas, pero es patéticamente visible cuando se alcanzan estamentos superiores.

Feve es León, y así está Feve y así está León.

Eso sí... «Estamos trabajando en ello». Una suerte, gracias.