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El president de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón. Efe
La aventura humana

Mazón como síntoma

La factura detallada del 'fiestorro' gastronómico aún no es de dominio público, algo sorprendente, porque este es el valor más simple de la ecuación

Roberto Carbajal

Valladolid

Martes, 28 de octubre 2025, 07:25

Mañana se cumple un año de la dana de Valencia y solo conocemos con certeza cuatro cosas. La principal: pudieron evitarse las muertes. La segunda: ... la naturaleza lleva tiempo advirtiéndonos de que las riadas salvajes del pasado se han agravado exponencialmente. La tercera la constituye un hecho lamentable: las autoridades de las diversas capas de la Administración no focalizaron sus esfuerzos en prevenir el horror que se desencadenó durante aquellas agónicas jornadas. Y por último: conocemos con certeza que Mazón estaba empeñado en seducir a una periodista con una oferta laboral, desatendiendo sus obligaciones humanas y constitucionales. La gente se ahogaba mientras el president valenciano ingería líquidos de otra índole. Hasta aquí lo que se ha constatado. La factura detallada del 'fiestorro' gastronómico aún no es de dominio público, algo sorprendente, porque este es el valor más simple de la ecuación.

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Pero más allá del desahogo de Mazón durante la indigestión del suceso, cabe extender el desprecio expelido por ese tipo hacia la falta de consideración con que la política fustiga a la ciudadanía. Así, asaltó las redacciones el desdén que emergió desde el gobierno andaluz sobre las trampas en los cribados femeninos contra el cáncer. Juanma Moreno, el presidente encantado de conocerse, ve persecución, manipulación y pretendido uso partidario de este asunto, olvidando que el escándalo vino precedido de una sarta de mentiras vertidas por la consejera de salud del ejecutivo autonómico, que redujo a solo cuatro o cinco los dos mil casos de una más que presunta ocultación de errores. Ahora, afanados en desacreditar a la asociación de mujeres afectadas, tratan de eludir sus responsabilidades como gobierno. En los dos casos citados aquí se pronunciará la justicia; el pueblo lo hará en las urnas.

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