El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea. El Norte

Prostíbulos y covid-19

La aventura humana ·

«El puterío es el deporte que más contacto soporta, pero a Igea esto le trae al pairo»

Roberto Carbajal

Valladolid

Martes, 25 de agosto 2020, 08:19

Parece que para el vicepresidente Igea los puticlubes en Castilla y León son gloria bendita, que cuentan con todas las bendiciones para continuar con ... su actividad, al margen de la pandemia. Asegura que no se puede regular una actividad que no existe como tal y, por consiguiente, no se pueden cerrar. Al menos durante la actual subnormalidad. Es tanto como decir que el 'modus operandi' de este negocio es diferente en esta comunidad de la forma en que se lleva a cabo en Cataluña, Euskadi o Castilla-La Mancha, que los han clausurado aplicando una lógica aplastante para evitar la expansión del bicho. El puterío es el deporte que más contacto soporta, pero a Igea esto le trae al pairo.

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En torno a esta actividad se despliega una hipocresía colosal. Llevamos años debatiendo si hay que prohibirla (como en Suecia) o regularla, como en Holanda. Mientras, estos locales aplican triquiñuelas legales para continuar con su negocio. Las mujeres que pululan por allí aparentan ser clientas que alquilan habitaciones para dormir con quien deseen y le pagan al dueño la pernoctación. Por eso estos negocios están dados de alta como pensiones, hostales u hoteles. Pero al margen del debate sobre la salubridad o la explotación de las trabajadoras del sexo, hoy existe un problemón de salud pública y es ineludible su cierre. La Junta puede mirar hacia otro lado, aunque en los núcleos de población en donde están asentados los puticlubes los casos de contagiados estén aumentando. Confiemos en que Igea se haga cargo y actúe con contundencia. Putas, sí; fariseísmo español, no.

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