Una peluquera y su clienta, ambas sin mascarilla, en una peluquería de Zaragoza, este miércoles. Toni Galán / EFE

Sin mascarillas, estreno dispar

Editorial ·

Es cuando menos llamativo que la norma especifique si cabe seguir llevando o no la mascarilla en determinados negocios y lo sitúe en el limbo de la imprecisión en otros

El Norte

Valladolid

Jueves, 21 de abril 2022, 00:02

El primer día sin la mascarilla obligatoria en interiores imprimió ayer estampas dispares en una vida cotidiana que ha recobrado la normalidad, pero no de forma mimética a la del tiempo anterior a la pandemia. La disonancia fue evidente entre aquellos ciudadanos tan confiados o tan hartos de las imposiciones forzadas por la covid que han orillado de inmediato el uso de los tapabocas y aquellos otros que continúan utilizándola por cautela, prevención o porque se saben o se sienten vulnerables. Y esa disparidad también lo fue en función de las decisiones adoptadas en las diferentes administraciones y en los centros de trabajo.

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Puede resultar tan comprensible como razonable que el Gobierno haya renunciado en su decreto a reglamentar al detalle para permitir un margen de adaptación, contando con los trabajadores, a cada empresa. Pero es cuando menos llamativo que la norma especifique si cabe seguir llevando o no la mascarilla en determinados negocios y lo sitúe en el limbo de la imprecisión en otros.

Abrir un terreno flexible para ir suprimiendo las mascarillas no debería equipararse a una ausencia de indicaciones tasadas que, lejos de facilitar el libre criterio a las empresas, acabe dificultándolo.

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