El led ha sustituido al neón. No hace falta irse al barrio rojo de Ámsterdam para ver púrpura los marcos de las puertas. Los centros ... históricos se iluminan con brillos más estridentes que Las Vegas Boulevard.
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La noche de Valladolid se enciende desde ayer para incitar al consumo con la víspera del controvertido Black Friday. Se trata de dirigir a las abejas al polen cuanto antes.
La Plaza de Portugalete fue el escenario principal con su 'Palacio de la luz', 60 metros de longitud con sonido a Mariah Carey que intentan rivalizar sin éxito con la sencilla pared de la Catedral y las silenciosas ruinas de la Colegiata. Esta zona es el epicentro de todo el despliegue: más de dos millones de puntos de luz en 68 calles con 350 diseños.
La diversidad es tal que los vecinos pasean resignados como cautivos, conscientes de su condena a repetir la moda hortera impuesta por Estados Unidos desde hace décadas.
Hemos rechazado el modelo noreuropeo en el que la luz principal es la de la casa habitada con la familia alrededor de la mesa y fuera reina una imitación de los colores ocre y hueso de los árboles pelados por el invierno. Lejos queda esa sensación de que la luz era un estímulo cálido que parecía conservar como el ámbar la felicidad del hogar.
Poco a poco todo lo que quedará de estas fiestas será el frío y artificial azul led. Todo porque el bronce es menos moderno y todavía refleja la humilde pero cándida naturaleza de la Navidad: dar gracias por lo que se tiene sin otra necesidad.
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