Estación Reina Doña Urraca

Decía el maestro Rafael de Paula que a los toreros hay que verlos desde lejos, y que muchas de las llamadas figuras de ahora, no son toreros, porque se ponen la montera como si fuera el casco de la moto.

Por ello, todos los que conocemos a Ernesto, teníamos claro que el negocio que iba a montar no sería algo convencional. No me imagino a Ernesto regentando una tienda de ultramarinos o un zurdorium como Ned Flanders.

El local elegido fue donde años atrás se ubicaba el mítico Aquarium de Albino en la capital leonesa. Un auténtico bar con sabor, donde se vendía el mejor tabaco.

Y allí, en la Avenida Padre Isla, a poquitos metros de la emisora, es donde Ernesto decidió montar una Galería de Arte. Entre café y café y sus famosas notas de vuelvo en «5 minutos o más» creó un centro cultural donde las inauguraciones de las exposiciones, que solían ser los jueves con vino español, reunían a lo más florido de la sociedad leonesa.

Porque, aunque ahora suene raro, no hace mucho hubo, un León que amaba la cultura y el arte. Si hasta en la radio teníamos una sección con las distintas exposiciones de las galerías, porque había varias. Ahora apenas quedan, y de lo de comprar arte según me cuentan, mejor ni hablamos.

Invitados por el gran Ernesto, solíamos acudir a casi todas las inauguraciones que hacían de lanzadera para luego ir al Húmedo o al Cid, según cuadrase, y continuar con la noche.

En una de esas inauguraciones conocimos a un joven pintor que entonces empezaba, pero ya se veía el despunte. Un chico algo más joven que nosotros que se llamaba Carlos, cuya colorida obra llamaba la atención. Rondaba el año 2006 si la memoria no me falla.

Esta misma primavera, gracias al brillante empresario Antonio Vázquez, supe que un amigo suyo quería colaborar con su obra homenajeando a la mujer seleccionada como leonesa del año, con un cuadro inédito.

La vida da muchas vueltas, y el resultado fue que aquel joven artista que expuso en la Galería Padre Isla, se había convertido en una de las figuras más importantes de nuestro país dentro del expresionismo, destacando sobre todo su particular estudio del color y las distorsiones de tiempo y espacio.

Ayer, el presidente Alfonso Fernández Mañueco, después de dos años de obras y quince millones de inversión, reinauguró y bautizó la estación de autobuses de León como Reina Doña Urraca I de León.

Todo un gol por la escuadra para los que andan negociando y buscando reinas con Adif, y un bonito gesto para una estación que ha recuperado dignidad, funcionalidad y modernidad.

Durante algunos años pasé muchas horas entre las estaciones de León, Madrid y Granada, y sinceramente se agradece que haya un espacio con luz, vanguardista, en el que te puedas ubicar con tu mochila y te sientas a gusto.

Dicen que lo único que se ha respetado de la antigua estación es el lienzo que había. Una autentica obra de arte, restaurada y perfectamente curada, que preside la estación y que invita al viajero a bucear en el viejo reino. «Bienvenidos», es el primer «cuadro enorme» de Carlos Álvarez las Heras, que realizó en su León, aquel joven que expuso en la galería de Ernesto.