Azúcares y Alcoholes S.A
«Ni la España vacía ni el mundo rural. Nuestro sector primario no es ninguna broma y se debe buscar la manera de protegerlo, y de alguna manera ponérselo muy difícil a aquellos fondos que no tienen vida»
La familia de mi abuela Inés vino de Burgos a León a principios de siglo, concretamente al barrio de la Vega, con la llegada de ... los talleres ferroviarios.
Un barrio que se desarrolló principalmente con trabajadores del mundo del tren y los de la Azucarera Santa Elvira, que en los años treinta la Sociedad Industrial Castellana S.A. constituida en Valladolid en 1898, adquirió más de veinte hectáreas cerca de las vías del ferrocarril, en sector oeste, en la llamada Carretera de Zamora.
Como ya he contado otras veces durante mi etapa estudiantil, la ruta escolar pasaba por delante de la Azucarera nada más y nada menos que los cuatro viajes que hacíamos al día. Siempre me llamó la atención desde aquella ventana del bus las grandes colas de poderosos camiones cargados hasta arriba de remolacha que esperaban pacientemente su turno para poder hacer la descarga.
Gran parte de la maquinaria industrial procedía de la Azucarera de La Rasa de Soria, por lo que se formó una pequeña colonia de Sorianos en tierras leonesas. Dos hermanos de mi abuela se casaron con mujeres con ascendencia Soriana.
Siempre dice mi abuela Inés, que cuando ella era joven los mejores empleos por cuenta ajena en León estaban en la RENFE y en la Azucarera Santa Elvira. Todo el mundo quería entrar ahí.
La Azucarera y más en los años 30, sin duda constituyó un grandísimo impulso para la provincia de León. Una importante industria se instalaba y que contagiaría al campo para que este empezase a sembrar ese bien llamado remolacha.
La fábrica se construyó siguiendo las pautas de la arquitectura industrial de principios de siglo, formando parte desde el primer momento de la historia de León y sus gentes. Tenía tres pabellones para 36 familias y 4 chalés para ingenieros y contramaestres.
El director de la fábrica, una auténtica figura en la ciudad, pero no tanto como el director del Norte de Castilla, vivía con todo tipo de comodidades en un chalé construido en los años 30 evocando los gustos de la burguesía en la que abundaban este tipo de construcciones en el llamado ensanche de León.
La fábrica cerró en 1992 y ahora alberga el llamado Palacio de Exposiciones (el de Congresos aún no se ha hecho), que diseñó Dominique Perrault.
Esta semana los dueños de la última azucarera que queda en León, la de La Bañeza, los británicos Associated British Foods, han anunciado su cierre total tras cien años de producción.
Estas grandes multinacionales, demuestran una vez más que carecen de corazón, que no tienen ningún tipo de arraigo ni sensibilidad porque todo se basa en números, ingresos y ratios. No les quita el sueño que se queden sin empleo casi 200 personas, y que esto repercuta en más de 1500 trabajos indirectos. Ni la España vacía ni el mundo rural. Nuestro sector primario no es ninguna broma y se debe buscar la manera de protegerlo, y de alguna manera ponérselo muy difícil a aquellos fondos que no tienen vida.
Ojalá me confunda, pero me temo que llegamos tarde, porque esto se veía venir desde hace tiempo, muchos eran los síntomas.
Me da la sensación de que esta vez ni siquiera va de dinero ni de subvenciones, sencillamente esto va de quieren cerrar y que pueden hacerlo porque son los dueños.
El slogan de Azucarera es: 'La vida sabe mejor', pero con estas decisiones han complicado la vida a toda una provincia.
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