La raza viste al gitano con un lienzo que recuerda la historia de un pueblo de una gran riqueza cultural, nómada, resiliente, víctima de persecuciones ... en el pasado y de discriminación en el presente. El origen de la etnia colorea la piel castiza, los ojos azabache y la melena de medianoche. Una genética que no ha permanecido inmóvil, sino que ha ido evolucionando al compás de una comunidad que comienza a derribar muros. Los que ellos mismos construyeron para protegerse de un enemigo exterior que hoy se desvanece en una sociedad diversa e integradora.
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Es admirable la fidelidad a sus raíces. La familia es el corazón de la sociedad gitana y la leyes de la deshonra son banderas rojas que ondean de generación en generación. El engaño y la traición son enemigos de un pueblo que defiende lo suyo como un gallo en el corral.
Una sociedad de fuerte raíz patriarcal, pero que comienza a dar a sus mujeres la oportunidad que demandan. El proyecto Pajarillos Educa ha permitido poner alas a sus alumnos, la mayoría, gitanos. El nido se ha construido con las manos de un jugador de rugby, Bertoni, que ha tejido un proyecto honesto y respetuoso con las leyes del barrio. Angelina lo sabe bien. Angi ha llegado a la Universidad, quiere ser madre, pero primero será profesora. Tiene el apoyo de los suyos. No hay que temer. Uno puede volar siendo gitano, vivir en un mundo hecho por payos y volver al nido para seguir poniendo alas a los suyos.
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