Odio y miedo, armas letales
«La hecatombe tal vez vendrá después, una trompeta no muy lejana en el horizonte nuclear ya lo anuncia»
Muerte y destrucción, revanchismo, odio, victoria y derrota el mito del héroe y el del cobarde. Elementos todos ellos lastrados en la memoria y en ... la conciencia histórica de los humanos. Los imperios de los poderosos precisan generar el odio y el miedo en los pueblos sojuzgados para justificar su supremacía.
La amenaza y el sobresalto acorta la vida del temeroso, pues el miedo mata la vida al descreer en ella. Una vida vivida en paz es aconsejable, pero no es propia de nuestro tiempo, es ya un anacronismo pues el mundo se divide entre quienes se dejan atemorizar y los que amenazan e imponen la ley del más fuerte, que sólo excepcionalmente es la del más inteligente. Esa genuflexión del terror, que a tantos les ha costado la vida en este 'inferno in terra' de voraces escualos y agresores sin fin.
Es el miedo quien guía las acciones más oscuras del ser humano, coarta la defensa de los pueblos y al fin extermina la memoria de las gentes. Vivimos un mundo conservador, genocida y agresivo a ultranza que, sin embargo, asiste a profundos e imprevisibles cambios cotidianos, que configuran en escaso tiempo un planeta irreconocible, como un fractal sin perfiles ni fronteras definidas. El futuro no trae respuestas, ni siquiera el presente ofrece otra cosa que miedo e incertidumbre y nos obliga a elegir entre el cero y el infinito, queramos o no. La hecatombe tal vez vendrá después, una trompeta no muy lejana en el horizonte nuclear ya lo anuncia.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.