La importancia de fumar mucho
«¿Acaso no hay maravillosas carreteras y hospitales que se construyen gracias a los impuestos sobre el humo?»
juan gómez-jurado
Sábado, 29 de junio 2019, 07:51
Me encontré anoche en la tele con la soberbia ópera prima de Jason Reitman 'Gracias por fumar', y me hizo reflexionar sobre la problemática del ... tabaco. Con 9.000 millones de euros en impuestos directos ingresados por las arcas del Estado en 2019, uno se pregunta qué sería de este país sin sus fumadores, que compran a diario estos fantásticos bonos del Tesoro en paquetes de 20, solo que estos acumulan su macabro interés en las negras cavidades pulmonares, no en las cuentas corrientes. «El recorte de libertades al fumador es una medida fascista, que ni siquiera se atrevieron a implantar gobiernos como el de Hitler, Franco o Mussolini», afirmaron las asociaciones de fumadores cuando se estrenó la película.
Totalmente de acuerdo con la falacia. Ya es hora de que el Estado deje su absurdo intervencionismo en la industria tabaquera. ¿Acaso no hay maravillosas carreteras y hospitales que se construyen gracias a los impuestos sobre el humo? ¡Parece mentira! Ya es suficiente con que nos persigan en el trabajo, en bares y en restaurantes. Ahora hasta quieren quitar las máquinas expendedoras de tabaco. ¿Es que nadie va a pensar en los niños? Los pobres tienen que esconderse para echarse unos pitillitos después de clase, y si encima tienen que entrar a un estanco a comprar podría ser que un desalmado estanquero les pidiera el documento nacional de identidad y descubriera que no tiene la edad reglamentaria para echarse un cigarrillo. O peor, que el señor del bar no haya tenido a bien dejar el botoncito de activación colgando de la máquina, como corresponde. Medidas fascistas, todas ellas, que ahogan nuestro derecho constitucional a ahogarnos solitos, a ser una de nueve de cada diez muertes por cáncer de pulmón causadas por el consumo de cigarrillos o la exposición al humo de segunda mano.
Por eso les pido que huyan como de la peste de esta comedia satírica que les comentaba al principio sobre un encantador relaciones públicas de la industria tabaquera que dedica su esfuerzo diario a desmontar las acusaciones infundadas de oncólogos y demás ralea restringiendo el uso de nuestra libertad. Fumar, esa actividad que tanto bien hace al equilibrio presupuestario de España, nos reafirma en nuestros derechos fundamentales y es un acto de patriotismo. No vean, insisto, 'Gracias por fumar'. Una cinta inteligente, compleja y tan hipócrita que no se ve ni un solo cigarrillo encendido en toda la película. ¿Y además, quién demonios quiere vivir hasta los noventa años? Así que usted ya sabe. Fume, si es tan amable. Introduzca en el hábito a sus familiares no fumadores y colabore de ese modo con el Estado y con sus inagotables necesidades económicas. Sea libre. ¡Qué menos!
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