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Valladolid
El Corpus reúne a los niños de Primera Comunión arropados por numeroso públicoLuis Argüello anima en su homilía «a llevar el amor de Jesús fuera de la Iglesia» para integrar después el cortejo procesional que estrenó recorrido por el entorno de Platerías
Valladolid cerró este domingo su ciclo procesional con una multitudinaria procesión triunfante del Corpus Christi aún a la espera de la celebración del Sagrado Corazón ... de Jesús el próximo viernes. Los niños fueron los protagonistas de este tradicional desfile que reunió a numerosas familias en las calles, pero también a muchos devotos de la Iglesia de Valladolid. Una cita matinal donde la eucaristía preceptiva acogió a cientos de personas en una Catedral llena de fieles, cofrades, religiosas y, sobre todo, abarrotada por los grandes protagonistas de la jornada: los niños que en estos últimos meses han hecho su Primera Comunión en las diferentes parroquias de la capital.
Fue el Corpus de la Esperanza. Por razones varias. Por el Jubileo de la Esperanza, el año romano que la Iglesia conmemora este 2025 reflejado en numerosos de los altares erigidos, además de la esperanza de ver cómo cientos de padres hayan optado porque sus hijos celebrasen el sacramento de la Primera Comunión. Pero también esperanza porque esta arraigada procesión ha cambiado este año de recorrido, evitándose la Plaza Mayor por el montaje de las pistas de pádel, aún manteniendo su esencia por el casco histórico desde la Seo Metropolitana hacia Fuente Dorada para adentrase por un enclave histórico y también procesionalmente muy atractivo como es la plaza del Ochavo, la calle de la Platería, el Palacio Arzobispal o Angustias. Una calurosa mañana de domingo, un tanto agobiante por el cielo plomizo hasta media mañana, donde los cofrades comenzaron a primera hora de la mañana a montar sus altares y que, desde el mediodía, con el continuo repicar de las campanas, salía del Templo Mayor la Custodia de Juan de Arfe, escoltada por el Cabildo Catedralicio y custodiada por el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, que caminaba previo al palio. En total, una veintena de sacerdotes donde muchos echaron en falta a un habitual: Don Pepe Heras, párroco de Santiago-El Salvador, fallecido hace escasas fechas.
Precisamente el prelado hizo especiales protagonistas a los niños entorno al sacramento. Animándolos «a querer disponer el corazón» en sus vidas con este nuevo paso en la Iglesia Católica, haciéndolo extensivo a sus familias e incluso a los propios presbíteros diocesanos, Luis Argüello realizó una emotiva y didáctica homilía tras la proclamación del Evangelio alrededor del pasaje de la multiplicación de los cinco panes y los dos peces. Una plática para la que el arzobispo pidió ayuda a los niños para hacer oír varios mensajes: «¡Viva Jesús!», «¡Viva la Iglesia!» y ¡Viva el cielo!» fueron algunos mensajes para los que pidió ayuda a proclamarlos y vociferarlos en el templo pero sobre los que el prelado hizo extensivo su tarea de comunicación dirigida a toda la sociedad porque, tal y cómo proclamó, «hoy estamos llamados a llevar el amor de Jesús fuera de las Iglesias».
Un mensaje, como remarcó, para compartir en las familias, en los colegios o en el ámbito laboral ante la actual situación de poralización de la sociedad, sobre el que se viene refiriendo en los últimos meses, pero que este domingo adquiría mayor simbolismo de concordia ante la presencia del Cuerpo de Cristo. Un mensaje de acogida, por cierto, y con el signo de esta celebración del Corpus Christi, donde también quiso acercar a la escena vallisoletana al nuevo Papa León XIV con uno de sus anuncios del comienzo de su pontificado: «¡Ésta es la hora de amar!».
Altares de cofradías y parroquias
Mensajes de familia y de Iglesia, de encuentro con Jesús, que estuvieron reflejados en los altares efímeros montados para la ocasión con parroquias y hermandades que dispusieron un rico patrimonio artístico pero también simbólico por la presencia del pan y las uvas de la tierra o de coloristas adornos florales, algunos con colores amarillos en clara referencia vaticanista. También interesantes piezas escultóricas y pictóricas resaltados por grandes damascos y las correspondientes banderas de las cofradías. San Luis Gonzaga, la Sagrada Familia, Niño Jesús Triunfante o el Padre Hoyos iban sorprendiendo a los seguidores de la procesión desde Cánovas del Castillo junto con imágenes como San Pascual Bailón, el Sagrado Corazón o San Juan Degollado además del Paño de la Verónica de este año de la Cofradía del Despojado o Cristo Rey de la Preciosísima Sangre.
También destacó, en la plaza del Ochavo, el nuevo crucificado medieval que la Orden Franciscana Seglar-La Santa Cruz Desnuda estrenó el pasado Jueves Santo y que con la simbología de Cristo de la Esperanza adquirió también protagonismo en el Corpus Christi junto a San Francisco de Asís y su afamado Cántico de las Criaturas. En el último tramo del recorrido, a las puertas de Angustias, otro de los grandes montajes, el instituido a las puertas de la penitencial y especialmente admirado entre los devotos. Una procesión, en definitiva, que destacó por la agilidad de su recorrido y mucho calor que mermó la participación de público con respecto a anteriores ediciones, un recorrido abierto por la Cofradía Sacramental de la Sagrada Cena con su paso titular.
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