Suciedad, apuestas 'on line', basura por la ventana,... la vida poco ejemplar de Shemar Wilson en Valladolid
El pívot americano dejó un reguero de actos de indisciplina y problemas de falta de convivencia a su paso por el Real Valladolid Baloncesto
El final de una etapa en el baloncesto de la ciudad ha dejado varios episodios convulsos al margen del propio descenso en sí. La pérdida de categoría del Real Valladolid Baloncesto, de ahora en adelante CB Ciudad de Valladolid, no se explica solo desde el ámbito puramente deportivo y se acompaña de una serie de conductas que poco tienen que ver con el perfil profesional que se le supone a jugadores de elite. Capítulos extradeportivos que fueron carcomiendo y terminaron por dinamitar un vestuario que, lejos de ser una familia o grupo bienavenido, permitió actos de indisciplina que, amén de engullir a tres entrenadores, dinamitaron la estabilidad del equipo y también del propio club.
Ahora sabemos que la conducta de jugadores como Shemar Wilson en su día a día provocaron varios cismas internos. Las graves acusaciones vertidas por el pívot americano contra el club y, de manera más concreta, contra el director deportivo coincidiendo con su marcha, contrastan con el comportamiento, no precisamente ejemplar, que ha demostrado a lo largo de la temporada. Wilson, que aterrizó en agosto para afrontar en Valladolid su primera experiencia a este lado del charco, esconde tras de sí un perfil muy diferente a la imagen que ha proyectado de puertas adentro durante su estancia en el polideportivo Pisuerga. El de Arizona, sanciones aparte por ausencias o retrasos continuados, ha dejado un reguero de situaciones extradeportivas que no solo complicaron su normal relación con el club sino que destapan sus problemas de convivencia.
Problemas que no tardaron mucho en aflorar, ya a que a los seis días de su llegada, el servicio de limpieza contratado por la entidad ya alertó del deplorable estado en el que se encontraba el piso en el que vivía Wilson -tal y como se puede comprobar en el vídeo adjunto-. Un escenario que no mejoró con el paso de las semanas y que, según relatan empleados que entraron en el céntrico apartamento, se agravó hasta el punto de encontrar «gusanos» en restos de comida en el frigorífico o «preservativos usados» en los armarios de la propia cocina. En este sentido, el día a día dejó también quejas de los vecinos por «la comida que se tiraba por la ventana» por la noche.
Noticia relacionada
El CBC Valladolid no da crédito: «Malos profesionales y malas personas»
Otro de los puntos de fricción con este jugador tiene que ver con los coches que el club facilita a sus jugadores para facilitar su movilidad por la ciudad. Wilson dispuso de dos vehículos diferentes, el primero rozado ya en la primera semana con el permiso en regla. «Él trajo el suyo de Texas y se tardó aproximadamente un mes en convalidarlo. Se le comentó que, al tener un seguro con franquicia de 300 euros, debería hacer frente al arreglo», comentan fuentes del club. Poco después también rozaría el segundo de los coches que se le dejaron, situación por la que el club no le ha abonado los 9 días pendientes de su nómina del mes de mayo «pese a ser mayor la cantidad de los arreglos», puntualizan.
«Se niegan a pagarme los reembolsos que se me deben porque son malas personas», llegó a decir Wilson en sus ataques de fin de temporada, el mismo día en el que Pepe Catalina anunciaba su marcha del club.
Hace unos días, el propio Wilson escribía lo siguiente en su cuenta de la red social X: «Y después de todo eso, ¿recibes el dinero que te deben o tuviste que viajar en tres trenes, luego en autobús y primero en un cerdo volador?».
@RVBaloncesto @CompeticionFEB @MARCAvalladolid @Alex_ReyesIB https://t.co/JkTxVJ3zZm pic.twitter.com/kDHwg8ZNhz
— Shemar Wilson (@Shemar21_) June 15, 2025
Los impagos que hubo en febrero también generaron problemas con Shemar Wilson, que faltó a entrenar y entró en una dinámica de actos de indisciplina a los que no puso coto cuando se le ingresó la cantidad adeudada. Por entonces, en el club se le abrió un expediente disciplinario y se avisó de la posibilidad de cortarle a su agente, Francesc Cabeza (a día de hoy se ha desvinculado y ya no le representa). En este sentido, fuentes de su entorno confirman la afición de Wilson a jugar en el casino próximo a la Plaza Mayor, también de forma 'on line', y los «descubiertos» que llegó a tener en el banco durante la temporada.
Las graves acusaciones vertidas por Wilson, en las que llega a tachar de «racista» a Catalina y de «organización tóxica y poco profesional» al club, han sido denunciadas por la entidad en el juzgado. Dos denuncias, por lo civil y también por la vía penal, que han sido correspondientemente documentadas y que reclaman compensaciones económicas por los daños y perjuicios causados a la imagen. También en el caso de Amanze Egekeze, adjuntando todo tipo de informes médicos y documentación clínica sobre la lesión degenerativa que presentaba cuando se le dio de baja en el mes de enero. Pese a ello, el jugador percibió una liquidación por 6 de los 9 meses firmados, un mes menos de lo que pidió su agente en la negociación.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.