El sueño es un reconocer la existencia de dos vidas: la que nace para esfumarse y la real, a la que se regresa limpio. Se ... debilitan nuestras convicciones en este estado de vigilia casi a perpetuidad que vivimos; sueño laberíntico.
Publicidad
Un sueño racionalista consiste en creer en la posibilidad cierta de poder predecir los sueños de la mente. Aunque no lo parezca, la tentativa de predecir el futuro es un acto más racional que el intento imposible de hacer del presente que nos desorienta un caos ordenado y controlable. Olvidamos frecuentemente que los sueños son hijos del pasado. El futuro nunca antes soñado y el pasado que se soñó son lo mismo: el mismo sueño de otro sueño.
Nadie pensaba, nadie creía, nadie soñaba que un día tendría que pensar para poder creer en los sueños, aunque fuera un único sueño, aunque fuera el último sueño. Y porque nadie lo tenía previsto sucedió. Y desde entonces todo nuestro mundo ha cambiado, pero no somos más solidarios.
Una sociedad que asesina sueños de vida no tiene solución, es un mundo sin salida. Somos consumados criminales de sueños, solícitos fabuladores de quimeras tóxicas para un futuro imposible. No es fea la realidad, somos nosotros los que hacemos de la realidad una monstruosidad, el peor de los mundos posibles.
Publicidad
Los sueños son patrimonio de los viejos pero soñar, soñar, sueñan los niños, la inspiración es de los jóvenes, y la realización de esa inspiración pertenece exclusivamente a la madurez
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión