

Secciones
Servicios
Destacamos
Un amigo mío se pegó un tiro. Entró en casa, fue al baño y se voló la cabeza. Las posibles causas de su suicidio me ... dieron igual. A menudo, como decía el tango, «dan ganas de balearse en un rincón». A poco que busquemos, hallaremos los motivos. Lo que más me intrigó fue dónde compró la pistola. ¿Dónde iría usted a comprar un revólver? ¿Y un avión F-35 o el más moderno F-47? ¿Qué sabe de misiles de largo alcance o de helicópteros Apache? El mercado de armas, una vez que Trump ha demostrado que no es un socio fiable, está abierto y a él acudiremos todos con el déficit en la mano. El 2% del PIB, el 4%, el 5%… Europa y el resto del mundo quieren armarse hasta los dientes. Trump dice que hemos sido unos gorrones, que hemos vivido gratis bajo el paragüas de EE.UU. Bueno, es verdad que los yanquis conducían el autobús, pero con ello no les ha ido tan mal. La marea, dicen los pescadores, levanta los barcos grandes y los pequeños. El asunto es más complicado de lo que él piensa. No tiene dinero para esta apuesta, para mantener este farol. Japón, Polonia, Corea del Sur, Australia…, al sentirse abandonados, se están planteando las armas nucleares. Y Alemania. La proliferación de ese arsenal exigirá a EE.UU., para protegerse, un escudo anti misiles que hoy no tiene y que bien podría costarle dos o tres billones de dólares. La burra, señores Trump y Musk, no pare cuando la preñan y es muy probable que su estupidez y avaricia les lleven a una bancarrota. Un planeta armado hasta los dientes corre el riesgo de pegarse un tiro en la sien, como mi amigo Juanma, o de que se lo peguen. Sea como sea, estamos jodidos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.