Un cura y los árboles navideños
«Con tamaños ejemplos, quién se extraña de la crisis de la Iglesia, especialmente acentuada en Cataluña, la comunidad en que menos contribuyentes marcan su casilla en la declaración de la renta»
En qué se parecerán algunos curas a los árboles navideños? O en concreto, qué semejanza guarda un árbol de Navidad con ese tal Carles Pubill ... Gamisans, el eclesiástico catalán independentista que en Cardona acaba de hacer mangas y capirotes de la última voluntad de una parroquiana: que su funeral fuera en español, negándose a ello taimada y poco cristianamente, aunque sobre esta cuestión doctores tiene la Iglesia, por cierto, doctores que callan cuando no otorgan. Ese sujeto actuó taimadamente al poner a sus familiares ante el hecho consumado, agazapado tras el barrunto de que en aquel trance, para ellos doloroso, se aguantarían o si acaso murmurarían entre dientes.
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Y para colmo ha pretendido justificarse con el pretexto de haber sido avisado con poco tiempo, como si para un oficiante catalán resultará difícil hilvanar unas frases rituales en castellano. Ni que amén no fuese amén en ambas lenguas o como si de pau a paz mediara un mundo.
Volviendo al comienzo, ¿en qué se parece el tal clérigo a un árbol navideño? La respuesta cae con la naturalidad de las hojas del otoño: en que ambos lucen de adorno los símbolos religiosos de paz, fraternidad y caridad cristiana. Con tamaños ejemplos, quién se extraña de la crisis de la Iglesia, especialmente acentuada en Cataluña, la comunidad en que menos contribuyentes marcan su casilla en la declaración de la renta, apenas uno de cada cinco.
Lógico: ¿por qué financiar a sacerdotes como este, que agravian las últimas voluntades de una creyente politizando sectariamente su funeral, y a las jerarquías que lo apoyan?
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