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Cartel escrito en catalán en defensa de la independencia. Josep Lago-AFP

Convivencia cooficial

ENFASEREM ·

«Pero esa afirmación es un refugio que no compromete a nada, y la verdadera cooficialidad está más allá (de hecho en el doble) de un 25 %»

Eduardo Roldán

Valladolid

Miércoles, 22 de diciembre 2021, 08:01

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Cuando te multan por rotular tu propio negocio en castellano; cuando un empleado público no te contesta si te diriges a él en esta lengua; ... cuando se escrachea a un niño de cinco años y se llama a apedrear la casa en la que vive por haber cometido sus padres la osadía de pedir se cumpla una sentencia del Supremo que obliga al centro escolar a impartirle a su hijo un cuarto del tiempo lectivo en castellano… ¿Qué queda? «Pero un momento, un momento», diría el observador neófito, recién llegado a España. «No puede ser así». Y sin embargo lo es, a diario. «¿Pero no habla la Constitución de «lenguas cooficiales»?». Sí. «Pero cualquiera diría que poder aprender y manejar dos lenguas supone una riqueza cultural enorme». Una riqueza y un privilegio. «Pero…». No siga, por inverosímil que le resulte, este es el panorama.

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