Mezquitas que colapsan
«Los acontecimientos sucedidos en julio y agosto en la Región de Murcia pueden resultar la llamarada, el aviso, de una tragedia posterior»
Es difícil negar el valor simbólico de la coincidencia en el tiempo de episodios de tinte antimusulmán como el que vive la localidad de Jumilla, ... que se ha originado de arriba abajo, y antes el de Torre Pacheco, nacido de abajo arriba, con el incendio y posterior colapso de una capilla en la Mezquita de Córdoba que se produjo el viernes, día sagrado para los seguidores de Alá.
Más allá de lo meramente fortuito, la proximidad cronológica de estos acontecimientos debería servir para pensar en lo tristemente fácil que resulta derribar en apenas un verano lo que ha costado si no edificar al menos sostener durante siglos, una convivencia amenazada por altibajos, aceptada por ambas partes y que aunque no siempre ha sido pacífica, al menos sí ha sabido evolucionar hacia lo racional, hacia lo constructivo y sensato, con dos culturas que están condenadas a convivir, a respetarse y entenderse no ya solo por su proximidad geográfica, también por las necesidades y complementariedades de ambas.
Así, forzando la alegoría, si el colapso de una capilla en la mezquita que luego fue catedral, –aunque en su interior solo se autoriza el culto católico, no el musulmán–, tuvo su origen en el incendio causado por un cortocircuito en una barredora eléctrica, sumado al peso del agua empleada por los bomberos, los acontecimientos sucedidos en julio y agosto en la Región de Murcia pueden resultar la llamarada, el aviso, de una tragedia posterior. Sobre todo si las técnicas que se escogen para su extinción resultan más destructivas que reparadoras.
Noticia relacionada
Jumilla, el pueblo que no quería la polémica
Y todo dentro de un contexto de odio que el mundo vive desde hace casi ochenta años, que se recrudeció hace dos y que la comunidad internacional ha dado sobradas muestras de ser incapaz de resolver, por intereses estratégicos más o menos confesables, por razones de supremacía global, por puro y apático desinterés también, en el contexto de una sociedad de naciones que nació con la vocación de solucionar conflictos evitando la confrontación bélica.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión