Citar al toro
«Ignacio Sánchez Mejías volverá a ser protagonista de una charla en Valladolid. Cien años después»
Como figura poliédrica, hombre renacentista extramuros de su tiempo, Ignacio Sánchez Mejías afrontó la vida sin encapsularse en ningún terreno, quizá en los medios, ... allí donde existe un riesgo de elevada intensidad. Peligro no sólo físico, que también, sino, ante todo, emocional e intelectual. Es verdad que las ideas no dan cornadas, pero su expresión a veces tiene efectos asesinos. Sánchez Mejías fue, ante todo, un hombre libre y, como tal, ajeno a modas, dogmas y afiliaciones. Fue, como Antoine de Saint-Exupéri, piloto. Su obrar literaria no alcanzó de tan altas cotas como la del francés, no escribió su 'Vuelo nocturno', pero, sin duda, surcó espacios mágicos, en telúricos trayectos arraigados en las cimas y simas más subyugantes de la existencia. Ser matador de toros, por ejemplo.
Su figura, que será la que motive el próximo acto del Ateneo Taurino de Valladolid (jueves 4 de diciembre, a las 19:30 horas, en el Círculo Taurino) ha vuelto a emerger tras la purga a la que ha sido sometido por el ministro Urtasun, un gudari sin descanso para el sectarismo de rancio abolengo. Cómo citar su figura, convocar su memoria para el Centenario que ya se prepara para la Generación del 27, cuando dio pasaporte, sin viaje de vuelta, a bastantes centenares de reses de lidia, que, oh, claro, pudieron morir tan digna como solemnemente en un matadero cualquiera.
Pero, Urtasun, majo, ya te habrán informado de que Sánchez Mejías murió como consecuencia de la cornada que le infirió el toro Granadino en la plaza de Manzanares, en agosto de 1934. Venga, hombre, así lo podéis poner como ejemplo del que a hierro mata a hierro muere, o algo así. Muchos de tus amigos animalistas, que confían más (en su caso con razón) en los animales que en los seres humanos seguro que hasta lo disfrutan. Aunque igual no sienta muy bien, porque el cuñado de Joselito El Gallo murió tras una arriesgada ofrenda en el ruedo (falleció en Madrid, de gangrena), mientras que parece que lo que os mola es celebrar muertes por causas naturales, de dictadores a los que no os atrevíais a decir ni mú (perdón por la onomatopeya bóvida).
Pues eso, que Sánchez Mejías volverá a ser protagonista de una charla en Valladolid. Cien años después. Entonces ofreció una conferencia en el Ateneo de Valladolid. Regresa ahora su memoria, como un impulso reivindicativo de libertad. Un tipo importante incluso sin el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías que le escribió Lorca. Al que tanto se cita para defender la tauromaquia. Como un contrapeso de acomplejados. Lo que se dice citar hay que hacerlo con el toro.
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