El castellano taurino

Me quedo con la cabalidad del castellano taurino, tan natural y certero. Qué diferencia con los exabruptos gruesos de la jerga política

Gonzalo Santonja

Valladolid

Viernes, 7 de agosto 2020, 08:22

Convencido de que Juan de Valdés tenía razón cuando explicó que «el estilo que tengo me es natural y sin afetación ninguna escribo como hablo; ... solamente tengo cuidado de usar de vocablos que sinifiquen bien lo que quiero dezir, y dígolo quanto más llanamente me es posible», yo creo que el espíritu de la lengua se personifica en Pedro Gutiérrez Moya, el legendario Niño de la Capea, cada vez que comparto una tarde toros con él, diestro histórico y ganadero que salvó del apagamiento el encaste señero de Murube, animales a los que confiere una crianza de ensueño en sus predios charros Espino Rapado.

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Y precisamente ahí, en la plaza de toros de Espino Rapado, disfruté a su lado de un mano a mano entrañable entre Miguel Ángel Perera y El Capea hace muy pocos días. Qué exactitud la de su castellano campero. Me gustó mucho, por ejemplo, «cimbrea la muleta» pero la expresión que de verdad me asombró fue la de «por debajo de la oreja», receta para un cuatreño encastado que de repente empezó a soltar tornillazos. Su hijo, que toreaba de espaldas, la captaría por ósmosis. La cosa fue que se la puso y el toro se desengañó al instante.

«Sin afectación ninguna», usando las palabras justas y con llaneza quintaesenciada. En estos momentos delicadísimos, con tantas cornadas y embestidas reales marrajamente dirigidas contra la Corona y el sistema del 78, yo me quedo con la cabalidad del castellano taurino, tan natural y certero. Qué diferencia con los exabruptos gruesos de la jerga política.

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