
Secciones
Servicios
Destacamos
Hace cinco minutos éramos nosotros los de la corbata prestada, el nudo mal hecho, la incomodidad dentro de un traje que era un cuerpo extraño ... encima de un cuerpo a medias. Éramos aquellas de los taconazos incómodos, los maquillajes de noche a las seis de la tarde y el bolsito en lugar de la mochila. Los de aquella primera fiesta pretendidamente adulta, aunque por entonces no se estilaran las graduaciones. (Al menos en mi caso: ese centro concertado en el que pasé bachillerato y medio COU ni siquiera se acordó de avisarme para la orla. No me olvido de ellos y de por qué no quiero acordarme de su insulsa pijotería y sí de los claretianos de Segovia, tan acogedores. Disculpen la digresión).
Ahora son estos recuerdos vivos de lo que fuimos los que salen, chillan, se ríen a carcajadas, lloran, saltan, gritan, vuelven a reír, a llorar, se contagian el llantorrisa.
Los ves desde la otra acera y desde tu otra perspectiva. Piensas que algunos empezarán a trabajar ya, muchos seguirán estudiando, algunos se equivocarán de carrera y otros ni siquiera intentarán, en unos años, buscar empleo en eso para lo que teóricamente se prepararon, porque el destino, es lo que hay, se atraviesa de tantas maneras que es imposible predecir nada.
No te escucharán, porque está en su naturaleza actual no hacerlo. Pero si así fuera les gritarías que a pesar de las dudas, del miedo, vienen los mejores años de sus vidas. Que los absorban hasta no dejar ni un minuto perdido en el fondo del plato. Que a partir de entonces todo se acelerará y llegará el vértigo y otra vida y ya todo esto será recuerdo. Que no olviden nunca que dicen los tangos que veinte años no es nada y que la peor nostalgia es añorar lo que nunca jamás te atreviste a vivir.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.