Demos gracias a los hosteleros, también en esto. Estas empresas privadas brindan un servicio esencial frente a la dejadez secular de las instituciones: que la ... gente pueda aligerar el vientre cuando es menester. Mi querido Javi Asua destapaba la realidad sobre el agobio el pasado domingo en este diario ¿Qué hacer cuando tienes una de estas urgencias? Ante los grandes desafíos que afrontamos, mear, cagar o colocarse un tampón en nuestras calles puede parecer un asunto irrelevante. Términos condenados por la RAE, aunque escatología moral son las sentencias que profieren algunos miembros del Gobierno en estos días pandemónicos.
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Así es como se llama coloquialmente a estas cuestiones fisiológicas, sin academicismos. Ahora hemos caído en la cuenta de que, con el cierre de la hostelería, es una aventura aliviarse fuera de casa. Si te asalta una urgencia, tienes que mendigar en otros negocios el uso del lavabo. Y si lo haces a la vista, la policía te sanciona con 60 euros, el Evacuol local. El Ayuntamiento va a instalar seis cabinas para este efecto, pocas para una ciudad de 300.000 paganinis. Esta medida la implantarán en el centro, pero ¿qué sucede en el extrarradio?
Nadie está libre de sufrir un apretón en plena vía, por no mencionar la creciente población que padece problemas de próstata, colon irritable o los efectos del bicho. Y no es solo una cuestión de edad. Imaginen que pasean ante una aberración urbana y les provoca una reacción ventral. Quizá su contemplación les impela a aportar algo en ese espacio inefable, una opinión hiperbólica o surrealista de manga pastelera con un discurso propio, porque sus esfínteres se aflojen ante el mal gusto. Prueben, aunque quizá les llueva una sanción de los geos locales.
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