La amarga victoria de Israel en Gaza
«Hay otro muro que se derrumba tras esas masacres: el que preservaba ciertos valores democráticos que el Estado hebreo antes decía defender»
Con la aparente urgencia que muestran por igual los mediadores de la paz y los jefes de la guerra enfrentados desde hace más de seiscientos ... días, en ese Oriente Medio escenario otra vez de todas las masacres se muestra de nuevo la brutalidad secular de todas sus guerras seculares. Israel y Hamás perpetran en Gaza una de las más cruentas batallas sobre esa tierra tan exigua como ansiada por judíos y palestinos, una disputa que pronto alcanzará en la crónica bélica universal el histórico y honorable nombre de otra 'Guerra de los Cien Años'.
La ausencia de negociación sobre el futuro, quizás reparto, del exiguo escenario de la batalla final, la Franja de Gaza, y el peso adverso de la religión entre vecinos obligan a respetar una fórmula de neutralización de esa realidad histórica: Israel es un Estado prepotente, poderoso y amo, mientras Palestina está condenada a seguir siendo una colonia dividida y asentada en un territorio fagocitado sucesivamente por Israel. El ataque sangriento de las milicias de Hamás, que mataron el 7 de octubre del año 2023 a más de 1200 colonos israelíes y secuestraron a 250, fue una venganza bien preparada que está dando ya sus resultados. Sin embargo, esa brutal réplica del ejército israelí, veinte meses de bombardeos y un balance provisional de 54.000 muertos palestinos, no ha logrado cumplir sus objetivos militares en Gaza: destruir las bases subterráneas de las milicias de Hamás y aniquilar a sus jefes.
El levantamiento de muros fronterizos, en todas sus posibles formas y objetivos, es inherente al secular proyecto sionista de defensa que provocó la creación del Estado de Israel; sin embargo, la Franja de Gaza se ha convertido también en un refugio palestino inespugnable, al menos en apariencia. Desde las masacres del 7 de octubre de 2023, perpetradas por Hamás con sus ataques efectivos y mortales, las milicias palestinas han soportado su fracaso frente a la costosa valla de seguridad electrónica levantada por Israel alrededor del perímetro de la Franja, nuevos muros de una estrategia eficaz. La prohibición de acceso a Gaza aplicada a los periodistas de la prensa internacional no ha conmovido a los gobiernos occidentales aliados de Israel. Esa restricción ha servido de pantalla para esconder la masacre perpetrada por el ejército israelí y ha contribuido a ocultar, al menos parcial y temporalmente, las imágenes y testimonios proporcionados por los habitantes de Gaza, las cotidianas masacres sangrientas israelíes y la destrucción sistemática de esa estrecha franja de tierra, sus ciudades destruidas, sus infraestructuras arrasadas y sus campos baldíos arrasados por los cotidianos bombardeos israelíes.
Era previsible que la explosión bélica del 7 de octubre del 2023 impediría definitivamente cualquier compasión de Israel por el futuro hacia los palestinos, y en esa calamidad bélica otro muro más alto se derrumbó tras estas masacres: el que preservaba ciertos valores que el Estado hebreo decía defender. Su eficacia explica por qué hicieron falta veinte meses y un balance creciente de muertos, en su mayoría civiles, para que las críticas a las seguidas por la coalición política liderada sin tiento por el Primer Ministro Benjamin Netanyahu agitaran finalmente a los círculos de simpatizantes de la causa palestina. La tensión bárbara y creciente entre israelíes y palestinos se agudiza y pone en peligro el anunciado alivio limitado del bloqueo humanitario impuesto por Israel hace tres meses, decisión que constituiría un fracaso total y un alejamiento del final de la guerra. Ningún periodista independiente o informador de prensa, radio, televisión o redes sociales ha podido informar de primera mano desde Gaza sin la escolta del ejército israelí. Cuando la guerra termine, Gaza se llenará de periodistas, reporteros y fotógrafos que podrán contar con libertad de movimientos el grado del nivel de la muerte y la destrucción en ese rectángulo de 365 kilómetros cuadrados sembrada de edificios derruidos.
La victoria final en la guerra de Gaza pone a Israel en primera fila, pero aún no tiene fecha y será quizás un mal momento para Israel, empeñado hoy en ocultar las sucias peripecias de ambos bandos. Era previsible que la explosión de Hamás el 7 de octubre de 2023 impediría para siempre cualquier compasión de Israel hacia los palestinos. Pero sí hay otro muro que se derrumba tras esas masacres: el que preservaba ciertos valores democráticos que el Estado hebreo antes decía defender. Israel guarda silencio sobre la destrucción metódica y el terrible coste humano sacrificado en Gaza.
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