Agüero

No hay que ser más listo que los ratones coloraos para concluir que las cifras del desempleo se asemejan a las de la pandemia, que ... empeora a medida que pasan los días, y da lo mismo que la fuente sea el INEM o la Encuesta de Población Activa porque ni uno ni otra ofrecen respiro. Basta con preguntar a amigos y conocidos sin curre o darse un voltio por las calles de cualquier ciudad para encontrar comercios cerrados, industrias a medio gas y numerosos negocios que sobreviven gracias a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo. No me gusta el papel de pajarraco de mal agüero, pero me temo que el día que los ERTE desaparezcan, la catástrofe laboral y económica va a ser de campeonato porque esto no ha hecho más que empezar.

Los que saben de estadísticas, proyecciones y grandes cifras y los ceporros tipo servidor tememos un futuro «negro como la boca del lobo», definición que utilizó el entonces secretario general de la UGT Cándido Méndez para pintar la crisis que empezó en 2008 y que doce años después seguimos sin superar. A lo mejor no es verdad lo que dicen los especialistas del cerebro de que el calor afecta a la salud mental y aumenta los síntomas de ansiedad, pero entre los rebrotes del virus, la sofoquina, las mascarillas y los datos de la EPA dan ganas de encamarse hasta Año Nuevo. Lo más probable es que para entonces nada mejore, pero al menos habremos reducido la pandemia…

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