La primera ministra finlandesa, Sanna Marin. EFE

A ver si nos aclaramos

LA AVENTURA HUMANA ·

La primera ministra finlandesa puede y debe divertirse sin que solo por ello sea arrastrada por la opinión pública. ¿Acaso no anhelamos ser gobernados por gente normal?

Roberto Carbajal

Valladolid

Martes, 23 de agosto 2022, 00:25

A Sanna Marin la han puesto a parir por salir de fiesta, es decir, por hacer una incursión en ambientes propios de una chica de ... su edad y mezclarse con los comunes que administra. Tal vez la condición femenina de la jefa del Gobierno finés, y la inusual juventud con la que accedió al cargo, le han impelido a que se sometiese a un test de drogas. Poca relevancia ha tenido su valentía ante Vladímir Putin y la solvencia de sus políticas.

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Nunca se llegó tan lejos con Boris Johnson, a pesar de que sus indefendibles veleidades le costasen el cargo. Frente al blindaje aséptico de los presidentes estadounidenses, propios de una sociedad enferma, Europa siempre mostró un donaire más cercano. De hecho, esa exposición normalizadora costó la vida al ex primer ministro sueco Olof Palme, a la salida de un cine. El socialdemócrata viajaba habitualmente en transporte público y sin escolta.

El estilo recurrente suele ser un tipo rodeado de protección, algo que no impidió que Mariano Rajoy recibiese un bofetón durante un selfi impostado. Un apretón de manos también le costó un zarandeo al elitista Emmanuel Macron. La lista de agresiones a estadistas es amplia. Al margen de los anhelos de un descerebrado, y de intentos de magnicidio como el padecido por Ronald Reagan al relajarse su escolta, cabe preguntarse qué es más saludable: si la espuria campechanía de Juan Carlos de Borbón o la no impostada mostrada por Marin. Nadie se atrevió a obligar al emérito a pasar por un deseable control antidopaje.

La primera ministra finlandesa puede y debe divertirse sin que solo por ello sea arrastrada por la opinión pública. Nadie ha cuestionado aún su gestión y se ve que encastillarse no va con ella. ¿Acaso no anhelamos ser gobernados por gente normal?

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