Robles denuncia los disparos de un tanque israelí a cascos azules españoles en Líbano
Los soldados salieron ilesos pese a que los proyectiles impactaron a «cinco metros» de su posición. El Ejército hebreo justifica que «fueron clasificados como sospechosos» por el mal tiempo
Soldados españoles integrados en la misión de pacificación de Naciones Unidas en Líbano fueron atacados este domingo en la zona de El Hamames, al sur ... del país, por un carro de combate del Ejército israelí. Los uniformados se encontraban realizando una tarea de reconocimiento terrestre cuando se rodujeron disparos de ametralladora pesada lanzados desde un Merkava a escasos metros donde se encontraban, sin que hubiera que lamentar heridos ya que pudieron protegerse.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha detallado el incidente este lunes durante la participación en un foro de comunicación y ha añadido que el Gobierno transmitió «una queja» y que Naciones Unidas difundió un comunicado de condena. Por su parte, el Ejército israelí «ha tratado de justificar» el comportamiento de sus militares, según Robles, aunque mantiene una investigación interna abierta.
Según informó la FINUL (Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano), el ataque se produjo a las seis de la mañana del domingo. «Los disparos de ametralladora pesada impactaron a unos cinco metros de los cascos azules, que iban a pie y tuvieron que refugiarse aprovechando el terreno», explicó el mando de la misión, quien a través de sus enlaces con el Ejército israelí exigió el cese inmediato del fuego. Los soldados españoles «pudieron salir de la zona 30 minutos más tarde, cuando el carro de combate se retiró a la posición del Ejército israelí» en suelo libanés.
Naciones Unidas condenó un incidente que podía haber tenido consecuencias trágicas y que, subrayó, supone en todo caso «una grave violación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad». «Pedimos otra vez a las Fuerzas Armadas israelíes que cesen cualquier comportamiento agresivo y los ataques sobre o cerca de las fuerzas de mantenimiento de la paz que trabajan para apoyar el retorno a la estabilidad que tanto Israel como Líbano dicen querer», recoge su comunicado.
«Tiros de advertencia»
El Ejército israelí reconoció el ataque, pero alegó que los cascos azules españoles «fueron clasificados como sospechosos por las malas condiciones meteorológicas« y sus tropas »dispararon tiros de advertencia (...) tras una revisión se determinó que eran soldados de la ONU que realizaban un patrullaje en la zona». Asimismo, añadió que sus uniformados «no disparan deliberadamente contra los soldados de la FINUL».
Sin embargo, el Ejército libanés ha denunciado las continuas violaciones del alto el fuego en el sur del país por parte de las Fuerzas Armadas israelíes, que mantienen cinco puestos militares dentro de Líbano. El mismo domingo, militares israelíes mataron con un dron cargado de explosivos al director de una escuela de la localidad de Mansuri, próxima a Tiro, tras asegurar que se trataba de «un terrorista» del partido-milicia chií Hezbolá.
Por presiones de Israel, Estados Unidos impuso en agosto pasado en el Consejo de Seguridad de la ONU que la misión en Líbano termine el 31 de diciembre de 2026. Para entonces, las Fuerzas Armadas libanesas deberían haber tomado el control de la zona sur del país, que ahora vigilan unos 10.000 cascos azules, casi 700 de ellos españoles. Sin embargo, el Ejército libanés acusa a Israel de causar inestabilidad en la zona con sus constantes ataques, impidiendo que su despliegue pueda completarse.
El alto el fuego, alcanzado tras meses de combates al hilo de los ataques del 7 de octubre de 2023, contemplaba que tanto Israel como Hezbolá debían retirar sus efectivos del sur de Líbano. Sin embargo, el Ejército israelí ha mantenido cinco puestos en el territorio de su país vecino, algo también criticado por las autoridades libanesas y el grupo chií, que exigen el fin de este despliegue. Este viernes la propia FINUL denunció que las fuerzas israelíes han erigido un muro que impide a la población libanesa acceder a una zona de unos 4.000 metros cuadrados cerca de Yarun, dentro de territorio libanés.
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