Los agentes de la policía local de Sevilla se bajan del coche corriendo y dan el alto a cuatro personas, que acaban siendo detenidas. Los pillan justo al lado de un vehículo al que le acaban de robar el catalizador. En el maletero llevaban un gato hidráulico y una sierra, todo lo necesario para, sin ningún miramiento, meterse en los bajos, arrancar el tubo de escape y llevarse la joya de cualquier vehículo. Dentro de este dispositivo que regula los gases hay metales preciosos muy codiciados como el paladio, el platino y el rodio. Los talleres mecánicos han notado la oleada de robos en el último año y avisan que podrían venderse en el mercado negro por 60, 70 euros. Los suelen mandar al este de Europa y cada vez con más frecuencia viendo cómo se recuperan auténticas montañas de catalizadores.
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