Inspeccionaron palmo a palmo la vivienda de la madre del fugitivo. Sabían que podía haberse escondido en cualquier recoveco. Le habían seguido hasta el portal y aunque su madre, intentó despistar a la policía, sabían que estaba en la vivienda. En uno de los dormitorios comprobaron que no podían desplegar la cama nido, porque alguien estaba tirando desde el otro lado. Era el delincuente, que se había escondido en el hueco de la cama.
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