El comisionado del Gobierno para la dana dimite sin acreditar su título universitario

Morant –que fue quien lo eligió como presidente de la federación de los socialistas valencianos, un cargo que también abandona– reivindicó en una comparecencia a primera hora de la tarde la carrera del dimisionario, tanto en el partido como en las distintas responsabilidades públicas ejercidas a lo largo de cuatro décadas, y anunció que «por ahora» dejará su puesto orgánico y no ejecutivo vacante. «La presidencia del PSPV la ocupan personas que se han entregado en cuerpo y alma a sus vecinos y al proyecto socialista y que pueden presumir de una gestión eficiente. Estos son los únicos requisitos para ser presidente del PSPV y, desde luego, José María Ángel los cumplía», argumentó.

La ministra de Ciencia y Universidades también avaló las razones en las que se escudó el veterano político para justificar su paso al lado, no como prueba de culpabilidad, sino como una decisión tomada por el bien común y para poder defender una «honorabilidad» que, según adujo, no se le ha permitido probar hasta ahora. «Entiendo y comparto su motivación de que no vamos a ser la excusa para que no se hable de lo verdaderamente importante», dijo. «Sabemos – añadió– que hay gente interesada en que no se siga hablando del 29-O».

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, en cambio, se apresuró a tildar de «oportuna» la renuncia del cargo valenciano, para el que ya se ha encontrado una sustituta – la secretaria de Estado de Política Territorial, Zulima Pérez–, con un argumento que pone en cuestión su comportamiento. «Cuando animamos a la gente joven a que se forme y al resto de la sociedad a que realmente adquiera las competencias para desarrollar un trabajo, integrarse en el mercado laboral, los primeros que tenemos que dar ejemplo somos los políticos y los que estamos en los puestos públicos», dijo Montero.

Así como Morant defendió que Ángel ya ha dado «cumplidas explicaciones» sobre la manera en la que accedió a su plaza de funcionario en la Diputación de Valencia, el ministro Torres dejó claro que la respuesta de este a su petición, el miércoles, de que se le remitiera «toda la información» sobre sus títulos académicos «a la mayor brevedad posible» fue, precisamente, la carta de dimisión. El ya excomisionado de la dana aduce que para entrar en la Diputación como auxiliar técnico de archivo y biblioteca solo se le reclamó en 1983 el bachillerato y no una titulación universitaria. Pero lo que no ha acreditado es la diplomatura en Archivística y Bibliteconomía que aparece en distintas versiones de su currículum, en unos casos, por la Universidad de Valencia y en otros, como la nota remitida por Moncloa tras su nombramiento, por la Biblioteca Nacional, que no expide títulos.

El PP no se da por satisfecho con la renuncia e insiste en que este caso tiene poco que ver con el de Noelia Núñez, que el pasado 23 julio dimitió como diputada y vicesecretaria de Movilización y Reto Digital tras afirmar en su ficha del Congreso que tenía un doble grado en Derecho y Ciencias Jurídicas de la Administración Pública cuando no ha terminado sus estudios. Alberto Núñez Feijóo resaltó ayer que lo de Ángel entra en la «esfera delictiva» y que de existir «responsabilidad penal» habría que plantearse exigir la «devolución íntegra» de los salarios percibidos durante todos estos años.

En todo caso, la batalla abierta en torno a la falta de honestidad de los cargos públicos respecto a su formación sigue abierta. Montero, que entre sus muchas funciones tiene la de líder de la oposición en Andalucía, argumentó, por ejemplo, que no puede ser que en el PP a una «mujer joven» se le exija que dimita por haber presuntamente falsificado su currículum y en cambio no pase nada con el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que, dijo en TVE, lo ha hecho «en reiteradas ocasiones»a lo largo de su carrera. Y el PP, mientras, señala por exactamente lo mismo a la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé o al portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López.