Emilio Alonso Manglano, ex director del CSID, en una foto de archivo ABC

Unos archivos inéditos desvelan que Armada habló dos veces con el Rey el 23-F

«Hay que evitar un derramamiento de sangre, yo tendría los votos socialistas», presionó el general golpista a don Juan Carlos aquella noche, según las anotaciones del general Manglano, jefe de los espías españoles entre 1981 y 1995

R. C.

Madrid

Domingo, 3 de octubre 2021, 08:00

Cuarenta años después del intento fallido del golpe de estado del 23-F se desvela uno de los interrogantes que quedaban abiertos: el general Alfonso Armada habló aquel día con el Rey. Y lo hizo dos veces. Según la información que hoy publica el diario ABC, la pretensión de Armada en esas conversaciones telefónicas era conseguir su beneplácito para coger el mando y, de algún modo, autoproclamarse presidente del Gobierno. Don Juan Carlos se negó a recibirlo en Zarzuela.

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Todo ello aparece recogido en las agendas, hasta ahora inéditas, de quien fuera jefe de los espías españoles entre 1981 y 1995 y a las que ha tenido acceso el diario madrileño. El general Emilio Alonso Manglano (general de división desde 1985 y teniente general desde 1987) dejó escrito los numerosos encuentros mantenidos con el rey Juan Carlos desde que comenzó a dirigir el Centro Superior de Información de la Defensa (Cesid), semanas después del golpe fallido que acabó también con toda la cúpula de inteligencia.

En el primer cara a cara, en Zarzuela, según estos archivos, don Juan Carlos le relató a Manglano que Alfonso Armada le telefoneó aquel día en dos ocasiones. En la primera pidió ser recibido, a lo que se negó, y en la segunda buscó su autorización para culminar el golpe de estado. «Hay que evitar un derramamiento de sangre, yo tendría los votos socialistas», le presionó el general Armada al Rey el 23-F.

Don Juan Carlos también le contó a Manglano en ese encuentro la conversación privada que mantuvo con su hijo, de entonces 13 años: «Felipe, vas a ver cómo juegan con la corona de tu padre como un balón de fútbol».

El máximo responsable de la inteligencia española tenía la costumbre de anotar la ingente información que iba acumulando en diferentes encuentros y viajes. Así, configuró durante los catorce años al frente del Cesid un inmenso archivo personal con cientos de documentos, donde dejó registradas sus reuniones y conversaciones más relevantes. Fallecido en julio de 2013, sus conocidos esperaban que esta ingente información saliera a la luz, pero, pasado el tiempo, se llegó a creer que estos documentos que ahora se dan a conocer habían desaparecido.

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