Condenado por convertir una línea continua en discontinua para entrar en su finca

El juzgado de la localidad de Zafra, en Badajoz, ha condenado al propietario de una finca del término municipal de Monesterio por modificar la línea continua de una carretera para poder acceder de forma más fácil auna fincha de su propiedad.

Según informa el diario Hoy.es, los hechos fueron detectados este año y desembocaron en una investigación de la Guardia Civil que permitió localizar al autor de los hechos, un hombre que tendrá que pagar una multa de 1.440 euros -6 euros diarios durante ocho meses- y que deberá realizar 14 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

En la sentencia se explica que el tramo en el que se realizó la modificación es una línea continua central que separa los carriles de circulación a la altura del kilómetro 202,675 de la carretera autonómica Ex-103, una vía de comunicación que conecta puebla de Alcocer con la carretera Ex-221.

En ese punto, frente al acceso a una finca, José Antonio V. R. pintó varios trazos discontinuos con pintura negra «a fin de permitirle el acceso a la finca, generando con ello un grave riesgo para el resto de usuarios de la vía».

Su actuación tenía una gravedad mayor por tratarse de un tramo descendente con curva a la izquierda sin señalizar y con cambio de rasante en el que existía un tercer carril.

Esta conducta puede generar un grave riesgo para la circulación que se castiga en el artículo 385 del Código Penal, donde se contemplan penas que pueden alcanzar los dos años de prisión.

En algunos casos incluso se ha detectado la reincidencia, puesto que el departamento de conservación de carreteras repone la línea continua tras detectar el delito y poco después vuelven a ser pintadas las marcas en negro.

«Si un conductor circula por su carril y sabe que hay línea continua, no disminuye la velocidad, confía en que nadie vaya a girar a la izquierda, por eso puede haber un accidente muy grave si alguien gira de forma repentina», advierte Yebra.

Esta es la razón por la que, cuando existe una línea discontinua que permite el giro a la izquierda, pocos metros antes se coloca una señal que reduce la velocidad máxima. Obviamente, en el tramo de Monesterio donde se detectó el delito no existía esa señal de alerta. «Lo vemos en cualquier carretera importante, si se va circulando a 100 kilómetros por hora existe una señal que la limita a 80 o 70, o una señal advirtiendo del giro», insiste Yebra.

En la resolución de estas investigaciones resulta determinante la Guardia Civil de Tráfico, cuyos agentes son los encargados de investigar quiénes son los autores de este delito.

Para ello, solicitan un informe del Equipo de Atestados de Tráfico de la demarcación donde se haya detectado la modificación de la señalización. Luego, el Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (GIAT) de la Guardia Civil trata de averiguar quiénes son los posibles beneficiarios del cambio y localiza al autor siempre que sea posible.

Eso es lo que sucedió cuando los agentes averiguaron que José Antonio V. R. había pintado la línea continua. En ese caso fue detenido y puesto en libertad con cargos hasta la celebración del juicio. En otras ocasiones es difícil dar con el autor porque son muchas las personas que hacen uso de estos accesos ilegales.