El local leonés obligado a cerrar tras la negativa de la Sareb a renovar su contrato

Después de 21 años de esfuerzo, dedicación y creación de una identidad en el Barrio del Ejido, La Despensa se ha visto obligada a despedirse de sus vecinos. El motivo: tras la compra del edificio por parte de la Sareb, la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, no les ofrecieron ninguna posibilidad de renovación de contrato ni posibilidad de negociación.

Tomás José Bernabé y su mujer emprendieron este proyecto hace más de dos décadas, después de trabajar años en la hostelería. Buscaban cambiar de vida, cansados de los horarios interminables y la falta de vacaciones. Apostaron todo a su sueño: levantar su propio negocio, La Despensa, un local que llevaba meses cerrado y por el que ya habían pasado tres propietarios antes que ellos.

«Al principio fue difícil, porque había que empezar de cero con la clientela», recuerda Tomás para Leonoticias. Sin embargo, con esfuerzo, buen trato y las tapas caseras que preparaba su mujer, lograron construir una clientela fiel, compuesta en gran parte por vecinos del barrio y visitantes que llegaban cuando el Húmedo rebosaba de gente.

Con los años, La Despensa se convirtió en un punto de encuentro, en un local de referencia para comenzar el día o disfrutar del fin de semana. «Teníamos una clientela muy de barrio y luego poco a poco nos fuimos ganando a los que venían de fuera», explica Tomás.

Sin embargo, la historia terminó con uno de los peores finales. Tras la adquisición del inmueble por parte de Sareb, los nuevos propietarios esperaron a la finalización del contrato para comunicar que no habría renovación. «Sabíamos que podía pasar, pero cuando llega el momento es duro. Intentamos todas las vías, pero no hubo manera», lamentan.

El último día de La Despensa fue el viernes 11 de abril. Muchos clientes, convertidos en amigos, acudieron a despedirse. La pareja agradece el cariño recibido en esos días tan duros: «Ha sido lo más importante para nosotros, sentir que hemos dejado huella en la gente», dicen emocionados.

Respecto al futuro, aseguran que, tras tantos años en la hostelería, preferirían cambiar de sector. Aunque no descartan volver a trabajar en bares o restaurantes, su prioridad ahora es encontrar un empleo por cuenta ajena: «Las condiciones laborales han mejorado y quizá sea el momento de dejar de cargar solos con todo el peso».

Aunque cierran las puertas de La Despensa, no se despiden del barrio: seguirán viviendo muy cerca, en el mismo Ejido, donde continuarán encontrándose día a día con sus antiguos clientes y amigos: «Eso hace que sea un poco menos duro. 20 años son muchos y dejarlo atrás no es fácil».

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