Los cuatro mineros encerrados en León abandonan el Pozo Aurelio «como héroes»

Lágrimas de orgullo y desesperación para arropar a los «heroes» del pozo Aurelio. Daniel Garguño, Sócrates Fernández, Álvaro Rodríguez y Elías Ortega han abandonado este miércoles su encierro en el interior del pozo Aurelio arropados por compañeros, familiares y vecinos.

Ha habido momentos de 'orgullo minero', de sentimiento, de pasión y de reconocimiento tanto a los mineros encerrados como al sector al que representan. «La mina nunca se rinde», se ha podido escuchar, pese a saber que con certeza el sector vive hoy un momento crítico, final.

Los cuatro encerrados tenían pensado llevar su protesta hasta el final, como habían hecho saber durante los últimos días, hasta que se comprometiera el pago de las ayudas para el cierre ordenado de la minería. Ese era su reto y su obsesión.

Pero finalmente los cuatro mineros encerrados desde hace 18 días en el pozo Aurelio de Santa Lucía de Gordón, a 200 metros de profundidad y en una galería en la que la humedad era notable, optaron por seguir las pautas médidas y depusieron su actitud ante «el riesgo real para sus propias vidas».

Riesgo para sus vidas

El médico, que en los últimos días visitaba a diario a Elías, Dani, Sócrates y Álvaro, para conocer su estado de salud, alertó a los representantes del comité de empresa de que era «muy recomendable» que estos cuatro mineros pusieran fin a esta medida de presión lo antes posible.

A las 19:00 horas, los cuatro mineros emprendieron el camino de regreso a la superficie. Lo hicieron entre lágrimas, entre las suyas y las de sus compañeros que les arroparon desde el primer momento y que hoy no les han dejado de la mano.

«Son nuestros héroes», también se ha señalado en la bocamina. Compañeros, familiares, amigos, vecinos y un buen número de medios de comunicación esperaban a los últimos cuatro encerrados de la minería leonesa, cuyos nombres han quedado grabados en las paredes del pozo Aurelio.

Santa Bárbara

La salida de los mineros no ha podido ser más intensa, con los acordes de 'Santa Bárbara bendita' como fondo, con la voz temblorosa de no pocos de los asistentes y con 'vivas' a los protagonistas de un encierro que demuestra «el orgullo de los mineros y de la minería».