Desahucian de su casa al profesor de baile Lawrence De Maeyer

Lawrence De Maeyer, el profesor de baile que estuvo dos años en 'Operación Triunfo', uno como bailarín y otro como coreógrafo oficial ha recordado en una impactante entrevista en 'La Vanguardia' aquellos días en los que, junto a Ángel Llacer, Manu Guix o Nina, aleccionaba a un jovencísimo David Bisbal y a David Bustamante, cuando todavía eran meros concursantes. «Tenían mucha ilusión, muchas ganas de aprender. Fue una gran experiencia. Quizás debí haber sido más espabilado, quizás fui un poco ingenuo... pero quise continuar con mi carrera como bailarín, no como parte de un programa de televisión», ha dicho, para tratar de explicar cómo ha acabado viviendo los últimos años en un solar del Ayuntamiento de Barcelona. Un solar situado entre el pasaje Boné y la calle Lepant que, precisamente, ha sido desahuciado por la Guardia Urbana, tal y como ha informado RAC1.

Lawrence y su mujer, Tatiana Kovshova, habían construido ahí una casita, compuesta por un dormitorio, una cocina y un baño portátil, levantados con sus propias manos. Ni siquiera tuvieron tiempo de recoger sus cosas antes de marcharse puesto que, aunque sí habían sido advertidos de un próximo desahucio, nunca pensaron que fuera a ser «tan pronto». En estos difíciles momentos, el bailarín se ha sincerado sobre su situación económica: «Estoy trabajando como jardinero. Voy y vengo por diversas localidades del área metropolitana. Hice una formación. Pero mis contratos son temporales. Tengo muchas dificultades para alquilar un piso de una manera convencional. Pero cuando Tatiana se opere el tobillo podrá volver a trabajar con regularidad. Ahora es que no puede estar de pie muchas horas...», ha dicho en la misma entrevista. Pero, ¿cómo alguien que formó parte de uno de los programas de televisión de más éxito de nuestro país (y el extranjero) no puede pagar el alquiler de una vivienda? Lawrence lo achaca a la crisis económica de 2008: «Bueno, la crisis me cogió de nuevo en Barcelona, impartiendo clases en varios lugares... y, de repente, la gente dejó de pagar para aprender a bailar, y las academias comenzaron a cerrar, y dejaron de contratarme... Aquello fue muy duro», ha recordado, sin minimizar la mala situación que también está atravesando en este momento. Este profesor, a pesar de haber rozado la fama con sus propias manos, también es una víctima de la política española de la vivienda, cada vez más inaccesible para los ciudadanos de a pie.