Charlene de Mónaco no achaca su corte de pelo 'punk' a una crisis de identidad, sino que simplemente quería hacérselo
La esposa de Alberto II comenta: «De todos los miembros de la realeza, probablemente soy yo quien haya probado los peinados más diferentes, y seguiré haciéndolo»
el norte
Lunes, 25 de enero 2021, 13:48
Charlene de Mónaco ha demostrado que le cuesta muy poco cambiar de look, por muy radical que éste sea. Algo que ya nos demostró el pasado 16 de diciembre de 2020, durante la tradicional inauguración del árbol de Navidad del principado, cuando apareció con un atrevido rapado lateral. Un estilo punk que no le ha durado demasiado, ya que en el posado de la familia principesca del pasado martes la pudimos ver de vuelta a su estilo tradicional, enfundada en un elegante vestido blanco de aire nupcial y ligero escote en uve, que complementa con una espectacular gargantilla XXL de oro y perlas. La melena es idéntica a la de su hija, la Princesa Gabriella, 6 años, un «mini-yo» de su madre. Ambas visten de Dior. Alberto II, 62 años, guardando las espaldas de nadadora de su esposa, y el Príncipe Jacques, ataviado igual que su progenitor, completan el cuadro.
Publicidad
El posado devuelve a la sudafricana al canon royal, coincidiendo con la publicación de una entrevista en 'Point de Vue', en la que la Princesa proclama su derecho a hacer con su pelo lo que le venga en gana: «Ese corte fue mi decisión».
Durante la charla, Charlene insiste en que si se pasó la maquinilla por la mitad de su cabeza no fue debido a una crisis de identidad, sino porque desde hacía mucho tiempo deseaba ese corte. «Parece que suscitó todo tipo de comentarios», se lamenta, aunque está lejos de arrepentirse de lo que muchos vieron como una llamada de atención. «De todos los miembros de la realeza, probablemente soy yo quien haya probado los peinados más diferentes, y seguiré haciéndolo», advierte. Y añade: «Soy feliz como soy».
Charlene de Mónaco convive con la crítica desde los tiempos en los que aún no se había desprendido del Wittstock, su apellido de soltera, que perdió tras su boda con el Príncipe Alberto, a principios del verano de 2011. Y eso es algo sobre lo que ella ya ha hecho callo: «Esos comentarios tipo pero, ¿qué está haciendo?» o '«bueno, no es realeza», los conozco demasiado bien. Y no tengo nada que decir, excepto que estamos en 2021 y en estos tiempos tan convulsos, tan difíciles, otros asuntos mucho más importantes merecen nuestra atención», continúa en 'Point de Vue'.
Parece que el coronavirus y la crisis económica que también están golpeando a Mónaco ha obrado un pequeño milagro en su matrimonio con Alberto II, quien se infectó de Covid-19 en la primera ola de la pandemia. Ahora más que nunca reafirma su papel como consorte: «Cuando mi esposo tiene problemas, me lo cuenta. A menudo le digo: «No importa qué, estoy al mil por ciento contigo. Te apoyaré en todo lo que hagas, en los buenos o en los malos tiempos. Antes de que nos casáramos eras mi amigo, mi guía, me protegiste. Cuando llegué a Mónaco, tuve que adaptarme a un nuevo entorno. Aprendí escuchando, observando, pero especialmente fuiste tú quien me ayudó, quien me enseñó el camino. Siempre estaré a tu lado, te protegeré».
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión