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El Norte
Martes, 1 de abril 2025, 11:58
La vida de Athina Onassis, la única descendiente viva del multimillonario griego Aristóteles Onassis, ha estado marcada por una fuerte protección. La pequeña, con tan solo tres años, tuvo que enfrentarse a la primera tragedia de su vida con la repentina muerte de su madre, Christina. Desde ese momento y hasta su mayoría de edad, la niña tuvo un consejo de administradores, entre los cuales se encontraba su padre, Thierry Roussel, que se hizo cargo de la custodia de su fabulosa herencia. A lo largo del ejercicio de su administración ha tenido numerosos pleitos judiciales.
El 3 de diciembre de 2005, la nieta de Onassis contrajo matrimonio, en São Paulo, con el jinete brasileño Álvaro Alfonso de Miranda Neto. La ceremonia, con más de 750 invitados, se celebró con fortísimas medidas de seguridad. Su matrimonio duró once años, hasta que en 2016 se le informó que su marido había pasado la noche con una mujer en su casa de Wellington, en Estados Unidos. En ese momento, Athina se encerró en una de sus residencias, saliendo única y exclusivamente para competir como jinete en los circuitos de salto más relevantes. Tiempo después se supo que su ex llevaba una doble vida con varias mujeres desde hacía años. Después de su mediático divorcio, poco se pudo saber acerca de la decisión final de los tribunales belgas… tan sólo que el brasileño no se le concedió la desorbitante compensación económica que exigía.
El pasado 29 de enero Athina cumplió 40 años y su vida está centrada en su única pasión: los caballos. Una dedicación que le permite alejarse del -para ella tan detestable- foco mediático. Tras varios años de ausencia en la vida pública, la nieta del último marido de Jackie Kennedy ha reaparecido esta semana en una fiesta del Pompidou de París. Un evento en el que se le ha podido ver gracias a unas fotografías publicadas por el propio museo a través de su cuenta de Instagram.
Athina aparece en la segunda imagen del carrusel publicado por el museo con motivo de su apertura. Para la ocasión, la joven escogió un conjunto de chaqueta negro con brillantes y como complemento una cadena con un crucifijo plateado. Junto a ella, posan para la foto el interiorista francés Arnaud Cabri-Wiltzer y la aristócrata madrileña Inés de Cominges. Esta ha sido la primera vez que la joven se deja ver desde junio de 2022, cuando acudió como participante a la competición de saltos a caballo Longines Paris Eiffel Jumping.
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