Barruelo, el pueblo donde manda Vox y jugaba de niño Pablo Casado
Los 47 vecinos de esta localidad vallisoletana son los únicos de la provincia que tienen un alcalde de la formación de Santiago Abascal
«Aquí se vota a la persona, no al partido». Eso es lo que aseguran los vecinos de Barruelo del Valle. Este pueblo, situado en el corazón de los Montes Torozos, es el único de la provincia donde gobierna Vox. Pero allí las siglas importan poco a la hora de ocupar el sillón de la alcaldía. Lo que realmente preocupa a su medio centenar de vecinos, es el estado de las calles, el mantenimiento de las infraestructuras y que sus servicios mínimos estén cubiertos y para eso, «lo mismo da el partido».
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Desde hace 15 años, el bastón de mando tiene nombre propio. El de Mario de Fuentes Francos, un ingeniero agrónomo de 47 años muy amante de su pueblo. Durante sus dos primeras legislaturas gobernó amparado por las siglas del PP. Sin embargo, en 2015 se incorporó a la formación liderada por Santiago Abascal, debido a «desencuentros con los planteamientos que proponía Rajoy. Los vecinos me preguntaban que por qué me cambiaba y yo les contestaba que no tenía intención de defender a quien no me respeta. No concibo que se mienta en una campaña electoral y el PP lo hizo. Del programa que planteaba Vox me convencía, sobre todo, el hecho de que todos los ciudadanos tengamos los mismos derechos, independientemente de la comunidad en la que vivamos». El cambio de siglas no hizo mella en su candidatura. Los vecinos le respaldaron y ganó con soltura en las urnas. Aquella misma noche Santiago Abascal, le llamó para felicitarle. «Me dio su teléfono para cuando lo necesitara y nos mandamos whatsapps de vez en cuando», reconoce.
Durante cuatro años, Barruelo, junto con Cardeñuela Riopico (Burgos), fueron los dos únicos pueblos de España con alcaldes de Vox. «Estar solo no es agradable, pero yo intenté seguir mi camino y cumplir mis obligaciones para con mi pueblo. Siete años más tarde, sigo siendo el único alcalde de la provincia, pero hay otros 18 concejales del partido que me tienen a mí para consultarme sus problemas y necesidades», explica este regidor, que también es diputado provincial.
Barruelo del Valle, que es uno de los bastiones de Vox, fue también lugar de juegos en la infancia de Pablo Casado, presidente del PP. Allí viven Socorro Casado y Emilio Paniagua, sus tíos carnales, a los que solía visitar y echar una mano con la agricultura y la ganadería durante los veranos. «Aquí venían Pablo y sus cinco hermanos cuando eran pequeños. Los más mayores se quedaban temporadas de 15 días o más. Pero no venían de señoritos, ¿eh?», dice su tío. «Pablo echaba una mano como el que más a la hora de barrer la nave. De mayor ha venido menos porque enseguida se metió en política», dice Emilio, que hace unos días acudió al recinto ferial de Valladolid a ver a su sobrino en el mitin de cierre de campaña. «Siempre ha sido parlanchín. Estuvo muy bien, muy bien. Habló la Ayuso, luego 'el gallego' y luego ya mi sobrino, que estuvo fuera de serie», dice orgulloso.
Para este vecino no es incompatible apoyar a su sobrino, líder del PP, y a la vez a su alcalde, de Vox. «En mi pueblo, me da igual el partido, lo importante es que el alcalde se implique y Mario lo hace. Otra cosa son el resto de elecciones. Ahí ya voto al partido que yo quiero», apostilla Emilio.
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Su vecino Alfredo Porras opina lo mismo. Él llegó hace 20 años a Barruelo procedente de su Cuba natal y tiene claro que las siglas no son decisivas en un pueblo tan pequeño. «A mí me gusta cómo Mario lleva las riendas de la alcaldía. Lo hace muy bien. He conocido a varios alcaldes y todos han dado lo mejor por sus vecinos. Aquí da igual qué partido haya detrás», bromea.
Prueba de lo que dicen estos vecinos es que, a pesar de tener un alcalde de Vox, los votos del pasado domingo fueron, en su mayoría, para el PP (14), seguido de Vox (9), PSOE (8), Ciudadanos (3) y Podemos (2). «Casado jugaba en estas calles de pequeño y tiene aquí mucha más familia que yo. Eso se nota cuando no son elecciones municipales», dice entre risas el alcalde.
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En Barruelo todos son concejales, ya que funciona en régimen de concejo abierto. Todos los vecinos tienen voz y voto en las decisiones importantes. Las informaciones vuelan a través de whatsapp, donde todos comparten un grupo denominado 'Barruelo'. «Es la vía de información más rápida.
Cada vez que hay elecciones, lo más complicado es formar la mesa electoral. De los 47 vecinos, muchos son mayores de 70, tenemos seis inmigrantes que en esta ocasión no podían votar y, por tanto, tampoco formar parte de la mesa, con lo cual, solo había 18 personas para los nueve cargos entre titulares y suplentes.
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Tiene experiencia como gobernante del PP y también de Vox y opina que la gestión es la misma. «Un alcalde es un mero gestor de impuestos. Cuando entré en la alcaldía, Barruelo era el ayuntamiento con más deuda per cápita de la provincia. Ahora fácilmente será el que tiene más ahorro per cápita», dice este regidor que ve un futuro incierto para pueblos como el suyo. «Esta es una comarca 'de todo a 100', porque muy pocos pueblos superan el centenar de habitantes.
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