«Vamos a mantener la política de reinversión y creación de empleo»

Define el 2020 como un año «raro, muy especial», en el que como a todas las industrias, «la pandemia nos ha desbaratado todos los planes a nivel general». A pesar de los vaivenes, con momentos en los que debieron doblar la producción y otros de mayor tranquilidad porque no existían problemas de abastecimiento, el director general de Galletas Gullón, Juan Miguel Martínez Gabaldón, confirma que han salido las cuentas, con un crecimiento del 5% el pasado ejercicio.

«Ha sido un buen año, fundamentalmente por la exportación. Aún no hemos presentado cuentas, pero la facturación ha pasado los 400 millones, una cantidad importante si solamente es para un producto como las galletas. El comportamiento de la compañía ha sido muy bueno a pesar de la locura de la pandemia».

Martínez pone énfasis en una circunstancia que aprecian desde el pasado otoño y que, previsiblemente, se verá agudizada a medida que avance el año y es que «el consumidor ha ido tomando conciencia de la crisis económica en la que se está hundiendo el país, ha empezado a consumir de manera que potencia los productos básicos, los de menos precio o mirando mucho la relación calidad- precio; es mucho más crítico, aunque se supone que todo lo que está relacionado con la salud va ganando peso».

Con esos mimbres, se teje un 2021 «muy complicado», pues aunque la compañía prevé un crecimiento similar al del 2020, Martínez Gabaldón dibuja un futuro inmediato en el que «el turismo no va a llegar, el consumidor tiene menos dinero, las relaciones sociales son cero, la restauración no se va a recuperar y hay muchas cosas que no alumbran bien».

El futuro está comprometido a los efectos de la vacuna y a los fondos europeos, «pero todo eso no va a llegar antes del tercer trimestre».

En el caso de Galletas Gulllón, se declaran «muy optimistas» y ante esta crisis a la que se enfrenta la sociedad «como empresarios debemos centrarnos en la creación de empleo, algo hay que hacer, hay que ser solidarios y vamos a mantener la política de reinversión de todos nuestros beneficios y por tanto, de creación de empleo en la zona norte de Palencia».

Además, «vamos a seguir con las inversiones para que la empresa sea más productiva, vamos a avanzar en la digitalización, en la sostenibilidad y en la innovación».

La galletera asentada en Aguilar de Campoo invierte cada año el 2% en innovación. «Eso es fundamental para tener independencia, que la tenemos a través de los resultados económicos, y aportamos nuevos productos para permanecer en los lineales».

En la actualidad, Gullón suma 1.650 trabajadores, «estamos incrementando a razón de 100 personas por año. En 2020 fueron 120 fijos más».

Aliados del campo

Independientemente de toda esa mano de obra directa que genera la empresa, hay muchos otros sectores o profesionales que, de una u otra manera, trabajan con la compañía.

En el caso del sector agrario, «el campo tiene en Galletas Gullón un centro donde transformamos muchísimas materias primas de la comunidad con una fuerza tremenda por nuestra capacidad y volumen de fabricación». La centenaria empresa está transformando el 4,4% de todo el trigo que se produce en Castilla y León, lo que se traduce en más de cien millones de kilos: «Somos aliados del sector primario».

En el caso de la remolacha, Gullón atrae el 12% de toda la cultivada en la región y la cifra se eleva hasta el 50% en el caso de la pipa de girasol alto oleico.

«Somos un actor importantísimo para el campo», dice Martínez Gabaldón, quien recuerda que a finales de 2020, El Norte de Castilla les reconoció en sus Premios del Campo con el galardón Miguel Delibes al Desarrollo Rural.

Asegura que el trigo que se produce en la región, «es galletero, excelente para el consumo de galletas. Estamos en la cuna de los cereales de España y de los que son totalmente idóneos para la fabricación de galletas». La empresa compra el 100% de su trigo en la región, pero Martínez Gabaldón muestra su «inquietud» por otras variedades que deben llegar de lejanas latitudes porque no se producen en España, y expone como ejemplo los pseudo cereales como la chía, el amaranto o el trigo sarraceno que proceden de Perú, Bolivia, China o India.

«Hemos puesto en conocimiento de la Consejería de Agricultura que estamos abiertos a todo lo que podamos ayudar, tenemos que ver aquellas cosas que necesitamos y no se producen en España y que para Castilla y León pueden ser una oportunidad porque ya lo estamos gastando en cantidades importantes».

La galleta integral

En relación a la evolución del mundo de la galleta, Martínez Gabaldón destaca que tiene una virtud y es que «se puede innovar con una facilidad tremenda, es donde más se innova cada año, se trata de imaginación y llevarlo a cabo, si no sale bien se puede cambiar, los costos de lanzamiento no son muy importantes».

Coloca a la empresa el adjetivo de «innovadora» y recuerda que en 1973 María Teresa Rodríguez, presidenta de honor de la compañía, «hizo una innovación radical mantenida, descubrió la galleta integral, fue algo tremendamente innovador y ahí nos metimos en esa senda más atrevida». Este proceso culminó en 1990 con la elaboración de la primera galleta del sector sin azúcar. «Sacamos toda una gama que se sigue manteniendo a día de hoy, somos líderes en galletas sin azúcar con más del 40% de la cuota».

Después han llegado muchos otros productos, hasta 700 referencias. «Hemos ido adentrándonos un poco más en el elemento nutricional, está todo muy bien estudiado para dar productos más saludables por eso nuestra innovación radical fue proporcionar al sector galletas saludables, no existían».