Ana de la Cueva: «Invertir en formación da un mejor acceso al mercado de trabajo»

La crisis económica provocada por la pandemia ha encontrado una respuesta firme y decidida tanto en las instituciones españolas como en las comunitarias, no solo de cara a intentar paliar los efectos de la coyuntura provocada, sino también de cara a anticiparse a eventualidades que puedan surgir en el futuro, tal y como ha destacado hoy en la sesión 'on-line' del Foro Económico de El Norte de Castilla Ana de la Cueva, secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa. El foro cuenta con el patrocinio de Banco Sabadell, Galletas Gullón, Corporación Llorente y Collosa.

No obstante, toda crisis abre la puerta a una oportunidad y en el caso de España se esbozó un Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Económica, que cuenta con un importante respaldo de la Unión Europea, cifrado en más de 140.000 millones de euros. Este plan va más allá del duro contexto económico actual y, además de paliar los efectos de dicha crisis, mira al futuro y a la modernización del país, con la inversión para la creación de empleo de calidad para los jóvenes como una de las máximas más importantes, teniendo en cuenta la elevada tasa de paro juvenil. No en vano, entiende la secretaria de Estado que «invertir en formación da un mejor acceso al mercado de trabajo», del mismo modo que valora la importancia de la Formación Profesional para «ajustar las carencias y los desequilibrios propios del mercado de trabajo», normalmente resueltas a base de despidos, algo en lo que trabajan de la mano el Ministerio de Educación y representantes de las empresas. «Se trata de invertir, que no de gastar, de tal manera que los efectos de una crisis en el empleo y las empresas se palíen a través de la formación», dotando a estas de una mayor capacidad de resistir ante las adversidades.

Para alcanzar esa resiliencia, «el Plan de Transformación es esencial», y fija como ejes estratégicos la transición ecológica, la transición digital, la cohesión social y territorial y la lucha contra la brecha de género.

Estos instrumentos dan respuesta a las debilidades históricas de la economía española, como la precariedad laboral, el alto nivel de paro estructural, el desempleo juvenil, el bajo nivel de innovación e inversión, el tamaño relativamente pequeño de las empresas españolas en comparación con otros países o la baja productividad que en ocasiones tienen las brechas y la desigualdad social y territorial. «El objetivo global es sentar las bases para un crecimiento más sostenible y más inclusivo», arguye De la Cueva.

Asimismo, señala esta base como «perfecta y transversal», pues todos los ministerios han trabajado «en la detección de las fortalezas y debilidades de su sector» y, por ejemplo, la transición verde no puede hacerse sin la digitalización de las redes energéticas, de la misma manera que la mejora de la productividad tiene que pasar por la digitalización y las empresas serán más competitivas si abordan bien la economía circular.

Se va a destinar más del 37% de los recursos europeos a la transición ecológica, «en un conjunto de reformas e inversiones ambiciosas» mientras que se buscará el impulso de la digitalización de la economía destinando más del 30% a una línea de trabajo «que ya está en marcha», después de la aprobación en 2020 y en estos primeros meses de 2021 de seis planes de actuación 'España digital 2025' sobre la implementación del 5G, la Inteligencia Artificial, la capacitación digital de los ciudadanos y las pymes o la modernización y digitalización de las administraciones públicas.

En consonancia con esa digitalización, el Gobierno trabaja en la simplificación de la creación de empresas, eliminando barreras administrativas, y en la mejora de los mecanismos de financiación. Con todo, las reformas se van a concentrar en la mejora de la productividad, del crecimiento empresarial y el apoyo a las pymes, en actuaciones para reforzar el capital humano y el tecnológico, a través de la formación profesional, las universidades y la transferencia del conocimiento al conjunto de la economía, en apoyar la transformación de la industria tradicional y el refuerzo de los sectores con más futuro, proteger el capital natural, modernizar el marco normativo que garantice la calidad del empleo, abordar medidas para luchar contra reto demográfico, en pos de la sostenibilidad de las finanzas públicas y en la reforma de las pensiones.

El objetivo del Gobierno es «presentar el plan a lo largo de este primer trimestre de 2021 y que se ponga en marcha con carácter inmediato», algo que, en palabras de Ana de la Cueva, puede suceder gracias a la aprobación de los Presupuestos del Estado, en los que se destina una partida de 27.000 millones de euros que permite que los proyectos se puedan ir poniendo en marcha financiados por el Tesoro Público.