El viento se suma a la marcha

Era un día que, tras el fabuloso sábado anterior, prometía ser ideal para pisar la nieve recién caída en el macizo de La Mujer Muerta, y que amaneció con esas mismas premisas. No tardó en empezar a avisar de que el domingo no iba a ser igual y ya mientras comenzaba a darse la salida a los participantes, empezó a arreciar el viento que fue ganado fuerza, hasta alcanzar los 80 kilómetros por hora que daban algunas previsiones para las cumbres de Guadarrama, dándose rachas de 108 en las últimas rampas para llegar a La Pinareja (Cabeza de La Mujer Muerta) en el anemómetro de un participante. No era lo ideal para las personas de poco peso, que tuvieron dificultades para no caerse en esos momentos de vendaval.

Este fenómeno se debió a la existencia de una zona de bajas presiones al oeste de las Islas Canarias, que con el viento que generaba hacía la Península, empujó polvo sahariano hacía el norte, de ahí la calima y que el aire no fuera frío. Las corrientes de convección hicieron el resto respecto a la velocidad del aire.

La jornada, que organiza desde prácticamente sus inicios el Grupo de Montaña Diego de Ordás, comenzó en el pabellón deportivo Pedro Delgado, donde tras un desayuno ofrecido por el Ayuntamiento de Segovia, los participantes se desplazaron al lugar de salida, donde se efectuó un homenaje a Jerónimo González Núñez, un montañero de 81 años, que ha participado en la gran mayoría de las ediciones de esta Travesía y que ahora, algo limitado para realizarla en su totalidad, colabora desde de hace pocos años en la organización de la misma asumiendo la responsabilidad de alguno de los controles de altura con los cuenta la marcha. Tras el referido homenaje y después de los agradecimientos al Instituto Municipal de Deportes del Segovia, a la Diputación Provincial y al Ayuntamiento de Otero de Herreros por su colaboración y subvención de la actividad, se dieron unas pautas sobre el comportamiento a observar en la montaña en general y dentro del Parque Nacional en particular, así como sobre el modo en que se había organizado la marcha, empezándose a dar la salida a los 147 participantes, que en cordadas de dos o tres montañeros, iniciaron un ascenso sin problemas hasta la cota 1.850 metros donde a la salida del pinar para alcanzar el Cerro de La Muela, el viento hacía muy dificultosa la progresión.

Esta dificultad, no se debía tanto al frío, que al ser viento del sur no era muy intenso, como a la velocidad que como ya se ha indicado, llego a alcanzar por rachas, los 108 kilómetros por hora aunque quizás lo más molesto fueron los finos copos de nieve helada en suspensión que se arrastraban y golpeaban la cara de los montañeros.

Ante ese panorama y viendo que al mediodía no había indicios de que la situación fuera a cambiar, la organización decidió modificar el recorrido y desviar la marcha en el control del Puerto de Pasapán, hacía la pista que desciende desde ese Puerto hasta el lugar de salida.

Con todo, y dado que a partir de las 14:00 horas empezó a amainar el viento, una cuarentena de montañeros de los que empezaron a llegar al control del Pasapán a las 15:00 horas decidieron continuar por el itinerario previsto, logrando llegar a la Estación de Otero de Herreros entre las 16:30 y las 17:00 horas encontrándose entre ellos, ocho mujeres que demostraron que en montaña, ellas tienen mucho que decir.

Participaron 31 mujeres y 116 hombres venidos de Ávila (GM Almanzor, EPQE y Club Nosolocuerda); Madrid (Agrupación Guías OJE y hogares OJE de Vallecas y de Guadarrama); Segovia (GM Acebeda, CM Aguacero, GM Diego de Ordás, GM El Nevero y GM Los Torreznos); Toledo (GM OJE-Torrijos); Valencia (GM OJE), y Valladolid (GUM y GM Everest).

El resultado no fue el deseado, ya que de los 147 montañeros que comenzaron la actividad, se retiraron 68 desde la Pinareja, incluso alguno de ellos sin haberla alcanzado, acabando la marcha 79 personas, incluyendo los 42 que siguieron el itinerario previsto hasta la Estación de Ferrocarril de Otero de Herreros, aunque en boca de muchos participantes y de la organización, lejos de suponer un revés, lo consideraron un acicate para volver a intentarlo el año que viene, ya que van dos años que debido a las condiciones climatológicas, no se puede terminar la marcha en el itinerario previsto.