El Villa de Simancas se agarra a cualquier cosa

Está tan acostumbrado a ganar el Villa de Simancas que ya lo hace por inercia. La victoria era fundamental para que la Ponferradina B no se escapara y se logró, pero con lo justo, abonándose a una estrategia que valió durante 65 minutos, pero que estuvo a punto de echar por tierra el triunfo, de no ser porque el Betis llegó a Los Pinos con poca pólvora.

Esa estrategia se basó en anteponer la incomodidad del rival a la comodidad propia. Tan bien salió que al final de la primera mitad se llegó con el Villa de Simancas mal, pero con el Betis peor. También con un resultado favorable desde la primera acción del encuentro que, obviamente, consolida cualquier plan con el que se parta de inicio.

Todo es más fácil cuando el máximo goleador del grupo sale al campo enchufado. No había pasado un minuto cuando ya cabalgaba con el balón en los pies, directo a la portería de David. No falló en el mano a mano, el único que no lo hizo en todo el partido porque casi todas las oportunidades surgieron así. Saúl, especialista, adelantó al Simancas.

El Betis es cierto que empezó a dominar algo más, siempre en campo propio, con pases entre centrales y laterales, sin apenas profundidad. Mientras, los anfitriones tampoco tenían mucho interés en quitarles el control, y las continuas interrupciones les venían bien para que el partido no se acelerara. Bien cerrados atrás no concedieron sustos y Zapa pudo marcar el segundo en un uno contra uno que tapó bien David.

La telaraña estaba bien tejida por Cisneros y Suárez en el centro del campo y los centros del cuadro de Yepes no le hacían daño a un Jaime muy seguro por arriba. Solo quedaba una vía, la de Beni, chafada por la imprecisión de sus compañeros y la robustez de Méndez y Fer atrás.

Saúl perdonó el segundo, y eso ya es noticia, al arrancar la segunda mitad, aunque seguía siendo él el mayor foco de peligro en el césped. De los pocos más centrados en la pelota que en el silbato del colegiado, sonando prácticamente en cada jugada y protagonista a la hora de encuentro. Señaló un penalti el colegiado que le convenció más por la caída que por el contacto de Koulibaly, que fue mínimo. Lo transformó Veintimilla, entre protestas y lamentos de un Betis que dos minutos después se metió de nuevo en el partido.

Nada más sacar de centro, Diego Torres la pegó desde 25 metros y sorprendió a Jaime. El gol le sirvió para dirigirse al respetable, que cometió el error de encenderle durante todo el choque, con todo lo que ello supone. Porque desde ese momento lo que le brindó al público el veterano verdiblanco fue un recital de movimientos en ataque. El problema es que sus compañeros no le respaldaban lo suficiente.

El tanto desperezó al Betis, por lo que la estrategia del Villa de Simancas ya no era tan válida, salvo que supiera sufrir. Lo hizo, con muchísimos apuros. Tanto Beni como Reyero desaprovecharon opciones de gol claras, casi todas originadas por el diez del Betis. Tanto y tan tarde se activó el choque que hasta Jaime empezó a fallar en los saques de puerta, muy cortos, pero enfrente no había precisión. Pocos minutos después de salir, Tato regaló el empate a Reyero, que la pegó –o, mejor dicho, quiso hacerlo—de primeras y remató al aire. Ya en el añadido Beni confirmó que no era su día cuando se quedó solo contra el portero y pecó de lentitud. Jaime recogió el esférico por última vez y cerró una prolongación eterna en Los Pinos.

Poco pudo hacer La Cistérniga en su choque contra el líder. Ni diez minutos le duró la esperanza al conjunto de Roberto García. Ibra, de cabeza, adelantó a la Ponferradina B y la ventaja se mantuvo durante un primer tiempo marcado por la lluvia intensa. Los locales reaccionaron tras el descanso, con más posesión, pero sin peligro como en encuentros anteriores.

Con ello, el bloque berciano logró encarrilar la victoria a falta de veinte minutos, por medio de Sagna, y la sentencia llegó en el tramo final con un gran disparo de Chaves que golpeó en la pierna de un defensor. A La Cistérniga se le complican las opciones de entrar en el grupo de ascenso.

Sigue el drama para el Universitario, que tampoco fue capaz de puntuar contra el Atlético Mansillés. Pese a aguantar en la primera mitad, que terminó con una mínima desventaja, el hecho de arriesgar e irse a por la igualada solo trajo más problemas. Mario marcó el segundo a los ocho minutos del segundo acto y mató el encuentro.

Ni el triple cambio de Carlos Saso cambió el panorama. Jairo y Luis cerraron la goleada cuando todavía faltaban veinte minutos y el propio Luis, en el último instante, se marcó en propia puerta para que el conjunto local no se fuera de vacío. Además pierde a Diego y Luismi, que fueron expulsados en un polémico tramo final.

Partido muy completo del Laguna que le mantiene en la pelea por el liderato. Salvó una salida complicada, justo a una semana del duelo clave frente al Villa de Simancas. Dominó con claridad durante todo el choque y los goles acabaron llegando. El primero de Rabadán, a pase de Colino en la primera mitad, y luego fue el extremo quien se vistió de goleador para aprovechar un buen envío de Jorge. Sin sufrir, el conjunto de Carlos Álvarez sigue en la tercera plaza.