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Xabi Alonso, preocupado durante el Elche-Real Madrid. EP
Análisis

Las claves de una regresión que deja tocado a Xabi Alonso

Los vaivenes tácticos, la falta de sintonía de algunos futbolistas con el técnico, un juego plano y la dependencia de Mbappé disparan las alarmas en el Real Madrid

Óscar Bellot

Madrid

Lunes, 24 de noviembre 2025, 15:56

Carlo Ancelotti decía que un empate en el Real Madrid es la antesala de una crisis. Pues bien, Xabi Alonso ha cruzado esa frontera al ... encadenar dos jornadas de Liga sin conocer la victoria y añadir además dentro de esa serie el batacazo sufrido en Anfield. La derrota ante el Liverpool en la cuarta jornada de la Champions frenó en seco el fulgurante arranque de temporada que habían protagonizado los blancos en cuanto a resultados, con la única mácula previa de la bochornosa goleada encajada en el Metropolitano, y desde entonces las señales que emite el equipo de Chamartín son cada vez más inquietantes.

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Imprevistas desconexiones de futbolistas que se caracterizan por su regularidad, escaso rastro de esa presión alta que estaba llamada a constituir el principal santo y seña de la nueva era, porosidad defensiva y un juego plano que aboca a ataques previsibles son algunas de las principales claves de una involución que está cubriendo de nubarrones lo que hasta este maldito mes de noviembre parecía ser un cielo despejado en clave merengue.

Vaivenes tácticos

Xabi Alonso no termina de encontrar un plan maestro con el que llevar a cabo la revolución que esperaba el madridismo tras la llegada al banquillo del guipuzcoano. En el Mundial de Clubes alternó el 4-3-3 más clásico del Real Madrid con ese sistema a partir de tres centrales y dos carrileros que empleó con asiduidad durante su triunfal paso por el Bayer Leverkusen. Sin embargo, en la Liga solo ha usado este último dibujo en dos ocasiones, con éxito frente al Levante (1-4) y sin ninguna fortuna contra el Elche (2-2). Lejos de reactivar a una escuadra que se fue de bajón al último parón de selecciones, dicho esquema redundó en el desconcierto táctico en el Martínez Valero, con Fran García fungiendo más como extremo izquierdo que como carrilero, lo que vino a reconocer el propio Xabi Alonso con los cambios que acometió tras el gol de Febas.

Cierto es que uno de los motivos por los que el preparador vasco desató la ilusión del madridismo con su retorno a la 'casa blanca' fue el amplio acervo táctico del que había hecho gala en Alemania, pero los futbolistas del Real Madrid no acaban de sentirse cómodos con esa agitación recurrente que predica Xabi Alonso.

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Poca química

El míster del Real Madrid tampoco está siendo capaz de generar con algunos de sus pupilos esa química imprescindible para cumplir su promesa de encender a la parroquia merengue con un fútbol ambicioso. El caso más notorio lo constituye Vinicius, quien sufrió ante el Elche la cuarta suplencia en lo que va de campaña y no consiguió electrificar el pleito saliendo como revulsivo en la segunda parte. El cisma entre ambas partes está minando la autoridad del técnico, que no recibió el respaldo necesario por parte del club para poner a cada uno en su sitio tras el desplante del brasileño en el clásico.

Falta de creatividad

Desde la retirada de Kroos, nadie ha logrado hacerse con los planos del Real Madrid para levantar un edificio sólido. La idea inicial del club pasaba por llenar de músculo al centro el campo, con Tchouaméni, Valverde y Bellingham llamados a ocupar la sala de máquinas. Aunque esa apuesta se reveló fallida la pasada campaña, a Xabi Alonso sigue faltándole un motor capaz de hacer que el Real Madrid carbure como es debido. Quería a Zubimendi, pero el donostiarra acabó en el Arsenal y está teniendo que arreglárselas como puede. El paso al frente de Arda Güler es insuficiente, principalmente porque el otomano se maneja mejor cerca del área que en la base, donde a Ceballos le falta consistencia. Camavinga y Bellingham carecen del rigor y la finura necesarias para ejercer como cerebros y recurrir a ellos como faro, tal y como hizo Xabi Alonso cuando se vio contra las cuerdas en el Martínez Valero, deriva en un fútbol de ida y vuelta caracterizado por la anarquía.

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Punta roma

Los goles de Mbappé sostuvieron el convincente inicio de temporada que llevó a cabo el Real Madrid. El francés rubricó 18 de los 34 tantos que anotaron los blancos en los catorce primeros partidos del curso, el 52,9%. Sin embargo, se ha quedado sin ver puerta en los tres encuentros que componen la nefasta serie de su equipo desde la goleada ante el Valencia y no han aparecido otras figuras capaces de paliar la sequía. Solo Bellingham, autor de cuatro dianas en los seis choques más recientes, está mojando con frecuencia. El resto de atacantes tienen la punta roma.

Vinicius no marca desde que registrase un doblete a comienzos de octubre, Brahim solo ha aportado un tanto en la presente campaña, lo mismo que Mastantuono, y Rodrygo va camino de pulverizar todos los registros negativos. Su último gol con la camiseta del Real Madrid se produjo el 4 de marzo. Desde entonces contabiliza 29 partidos, con un total de 1.321 minutos disputados, sin ver puerta. Solo otro delantero sumó más apariciones consecutivas sin hacer blanco en toda la historia del Real Madrid: Mariano.

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Fragilidad defensiva

El Real Madrid de Xabi Alonso parecía haber frenado la sangría defensiva que condenó al de Ancelotti. Encajó once goles en las catorce primeras citas del curso, que hubieran sido seis de no mediar la humillación sufrida en el Metropolitano. Esa solidez se apoyaba, en buena medida, en una presión alta que le permitía recuperar el balón lejos de su área y conceder pocos remates. Todo eso se ha desmoronado en las tres últimas riñas, en las que ha recibido un promedio de 15 disparos en contra, casi seis de ellos entre los tres palos. Cierto es que solo ha encajado tres goles, pero la cuenta hubiese sido mayor de no mediar la prodigiosa actuación de Courtois en Anfield. Esa falta de contundencia se ha visto replicada en ataque, con una media de 4,66 disparos a puerta por parte del Real Madrid en los tres últimos enfrentamientos, cuando en los cuatro duelos inmediatamente anteriores –frente a Getafe, Juventus, Barça y Valencia- contabilizó un total de 41.

Indefinición y falta de hambre

Con todo, lo peor es no saber a qué quiere jugar este Real Madrid de espíritu indefinido. Xabi Alonso ambiciona un equipo compacto y que sea capaz de morder cerca del área rival, pero la cabra tira al monte y sus estrellas han vuelto a las andadas. La presión vuelve a ser deslavazada y a los blancos les está faltando el hambre que sí mostraron en el clásico. A aquel partido salieron picados y con ganas de reivindicarse tras las cuatro derrotas sufridas en los duelos contra el Barça celebrados la pasada temporada, pero volvió a faltar capacidad de reacción en el Martínez Valero, donde a duras penas salvó un liderato mustio.

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