Jesús Torres revive al Palencia Cristo
Un gol del delantero en el minuto 96 permite a los de Jonathan Prado seguir en puestos de 'play-off'
Lía z. lorenzo
Palencia
Domingo, 6 de mayo 2018, 20:52
Con diez jugadores, con el marcador en contra, en la última jugada del último minuto, en el límite del vértigo, ahí emergió el Palencia Cristo para igualar un partido que parecía perdido. Jesús Torres apareció en el segundo palo para empatar (2-2) y permitir a su equipo depender de sí mismo en la ultima jornada ante el Bupolsa. La jugada fue tan embarullada que en un primer momento dio la impresión que había sido Álex Salt el que empujaba la pelota. Los morados casi rozan con los dedos el 'play-off'.
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Aunque a Hitchcock le hubiera gustado dirigir una película como la que se vio ayer en La Balastera, ni siquiera el mago del suspense podría haber escrito un guión mejor que el que el fútbol le tenía reservado a los de Jonathan Prado. Porque aún no se había cumplido el minuto 1 cuando Álvaro encaró a Jorge por la banda derecha. El lateral visitante no calculó bien la velocidad del extremo morado y Álvaro puso un centro medido al punto de penalti, donde aguardaba, totalmente solo, Diego Gil. El delantero quiso ajustar su disparo a la derecha del guardameta, pero el lanzamiento rebotó en Chete para caer mansamente a los pies de Adri. Su disparo acabó en el fondo de las mallas de Kike ante el delirio local. Las cosas no podían empezar mejor para el Palencia Cristo Atlético. Con el 1-0, los de Jonathan Prado ya no tenían prisa. Podían presionar para intentar robar y salir a la contra, pero sin necesidad de arriesgar.
El mayor peligro de los leoneses llegaba por las bandas, donde la velocidad de sus extremos era un quebradero de cabeza para la defensa morada. Con su pequeña estatura y su endiablada rapidez, Peláez, por la derecha, y Villa, por la izquierda, asumieron la responsabilidad ofensiva de los visitantes. Pero aunque los dos llegaban a línea de fondo con relativa facilidad, ninguno de sus centros llevaba verdadero peligro al área de Guille. El Palencia Cristo no sufría, pero tampoco dominaba el partido. El gol había hecho que el Astorga presionara mucho en el centro del campo y desactivara la conexión entre la medular y los hombres de arriba, sedientos de balones bajo el fuerte sol de mayo.
El Astorga perdía, pero empezaba a sentirse cómodo en el terreno de juego. Con los delanteros morados hastiados a la espera de su oportunidad, llegó el primer aviso serio de los visitantes. Roberto Puente recibió un pase filtrado a la espalda de los centrales y encaró con toda la ventaja a Guille. Pero el portero aguantó ante la llegada del delantero para acabar sacando una pierna milagrosa que envió el balón a córner. Pero poco pudo hacer el guardameta morado en el gol del empate. El Astorga empujaba y Peláez recibió libre de marca dentro del área. El extremo no se lo pensó y mandó su potente derechazo al palo largo de Guille, que solo pudo ver como un misil se alojaba en sus mallas. Eran los mejores minutos del Astorga, los peores del Palencia Cristo, que sufría ante el ímpetu de los visitantes. Quedaban menos de diez minutos para el final de la primera mitad y los de Jonathan Prado debían sacudirse el dominio de los leoneses. Lo intentó Zubi con un disparo demasiado tímido, pero el Astorga era quien dominaba el juego, abriendo mucho el campo con sus dos extremos pegados a la cal. Guille tuvo que volver a salvar a su equipo en una jugada embarullada dentro del área pequeña en la que Roberto Puente peleó una y otra vez por arriba para dejar un balón muerto para la llegada de Villa. El guardameta morado se adelantó a la jugada y cerró los espacios al extremo.
Lo que había comenzado como una plácida tarde para los locales se había transformado en una pesadilla. Lo mejor en esos momentos fue que el colegiado pitó el final de la primera mitad. Los morados tenían quince minutos para averiguar cómo podían recuperar el dominio del encuentro. No lo hizo en los primeros minutos de la segunda mitad, con un Astorga menos lanzado, pero que aún mantenía el control del encuentro. Casi siempre se jugaba en campo morado y, además, los locales no se acercaban al área de Kike, un desconocido desde que Adri marcara el primer tanto del partido en el minuto 1.
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Cambios
El Astorga no quería que el Palencia Cristo combinara, así que los intentos de los palentinos por tener la posesión acababan con repetidas faltas de los leoneses para cortar el ritmo local. Pero los minutos empezaban a pesar, más en la cabeza que en las piernas. Ambos clubes se estaban jugando estar en el 'play-off' de ascenso a Segunda B y ninguno quería quedarse fuera por un error. Además, el calor pasaba factura y todos los jugadores aprovecharon para beber agua y coger aire mientras las asistencias atendían a Calzado, que había recibido un fuerte golpe en un choque con Roberto Puente. El central tuvo que ser sustituido por Garci cuando aún quedaban 25 minutos por jugar. Enfrente, el Astorga también había introducido un cambio. El técnico visitante sustituyó a Peláez por Javi Amor para restar velocidad y aportar consistencia y fuerza. Los minutos pasaban sin que ninguno de los dos creara ocasiones, pero el peligro acechaba constantemente la portería de Guille. Es más, el portero local se jugó el físico al lanzarse al suelo para atrapar el balón cuando llegaban tres jugadores del Astorga tras un saque de esquina.
Jonathan Prado intentó cambiar la tendencia del partido con la salida de Jaime Pelayo, que sustituyó a un desasistido Diego Gil. Porque los leoneses habían conseguido envolver a los morados con unas marcas pegajosas que acabaron por desquiciar al mismo Zubi. El primer disparo de los morados en la segunda parte llegó en el minuto 75. Así de complicado fue ayer crear ocasiones. Adri se escapó por la banda y decidió buscar el lanzamiento al primer palo. Pero Kike reaccionó bien para atajar el peligro. Y mientras el Palencia Cristo decidía si se estiraba o no, llegó el segundo tanto de los visitantes. Tras una serie de malos despejes locales a la salida de un córner, el balón le llegó a Chete en el segundo palo. El jugador superó la salida de Guille con una vaselina, Garci sacó el balón bajo palos y Borja, un central, empujó el rechace al fondo de las mallas. Era el minuto 80 y el Astorga había hecho lo que parecía imposible, remontar a los morados en La Balastera. Prado decidió cerrar con tres y sustituyó a Merino por Jesús Torres.
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Los leoneses buscaron jugar los menos minutos posibles con repetidas pérdidas de tiempo y el árbitro decidió añadir seis minutos. Las repetidas faltas de los visitantes cortaron la posible reacción local, que además terminó jugando con 10 después de que Abajo tuviera que retirarse lesionado. Álex Salt ya había tenido una gran ocasión minutos antes, cuando el guardameta visitante desvió un buen disparo suyo a córner.
Llegó el minuto 96, el lugar que solo deja sitio a los que creen. Una falta lateral terminó en el segundo palo, casi sobre la línea de gol, sin que nadie consiguiera ni empujarla ni despejarla. Y como si se tratase de un espejismo, Jesús Torres apareció para mandar el balón al fondo de las mallas y coronarse como el rey de la tarde. El Atlético Astorga se había visto muy cerca y el Palencia Cristo se había imaginado fuera, pero el partido terminó con los de Jonathan Prado exultantes, conscientes de lo que ese gol de Jesús Torres puede significar en su futuro.
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Con el pitido final llegaron las protestas exacerbadas de los jugadores del Astorga, que acabaron rodeando al árbitro hasta que intervino la Policía Nacional. Pero eso ya no podía cambiar el hecho de que Jesús Torres había llegado con el corazón donde las piernas ya no alcanzaban.
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