Busquets tenía razón

«Hemos cambiado la historia», aseguró el catalán tras el 0-4 del último clásico. Y es así. Un cambio de tendencia que se inició con Cruyff en 1974, pero que se ha consolidado de forma definitiva a raíz de la llegada de Guardiola al banquillo

a. g. encinas

Sábado, 2 de abril 2016, 17:59

Quizá Busquets no se había estudiado los números, la estadística reciente, pero sí abrigaba esa sensación de que algo no era igual. Tras el 0-4 de la primera vuelta ante el Real Madrid, el centrocampista azulgrana compareció ante los periodistas. «No es tan fácil jugar aquí [en el Bernabéu], pero sí que hemos cambiado la historia del Barça y lo he podido vivir en primera persona. Hay más igualdad y diría que en los últimos años hemos ganado bastante más que ellos», dijo.

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Y así es.

Estos días en los que tanto se habla del influjo de Cruyff en el fútbol actual del Barcelona innegable hay datos que apoyan que su revolución culminó el mismo día que se inició la era Guardiola. Una era en la que Sergio Busquets, Piqué y Pedro fueron, en cuanto a nombres, las grandes aportaciones a un equipo con Messi como estandarte.

Leo Messi nació futbolísticamente antes, pero él solo tampoco fue capaz de cambiar de un modo tan radical la historia, ni siquiera a pesar de contar con el apoyo de otro entrenador victorioso, Frank Rijkaard, y de jugadores como Eto'o, Ronaldinho o Henry. El primer clásico del argentino fue el del 0-3 del Bernabéu, con Ronaldinho como astro absoluto. Hasta tres clásicos ligueros más tarde no se estrenó Messi como goleador, aunque lo hizo a lo grande, con tres goles que apenas sirvieron para empatar en el Camp Nou. Los dos últimos Barcelona-Madrid de la era Rijkaard, en la temporada 2007-08, se saldaron con derrotas.

Así que el bagaje de Leo Messi en esos albores de su leyenda se reducía a un triunfo, dos empates y tres derrotas en tres temporadas. En realidad, en consonancia con los números de Rijkaard: 10 clásicos ligueros jugados, 3 ganados, 2 empatados y 5 perdidos. 16 goles a favor y 18 en contra.

¿Y Cruyff?

Pues sí, Cruyff cambió la tendencia, desde luego, aunque el club no logró consolidar posteriormente el cambio a pesar de aquel recordado 0-5 tras su llegada a Can Barça. Como jugador, al menos, Cruyff (1973 a 1978) varió el rumbo histórico. En sus enfrentamientos ligueros desde el año 1928, el Real Madrid se había impuesto en 43 ocasiones, por 28 de los catalanes, con 13 empates. Un 51,2% de victorias blancas por un 33,3% de triunfos azulgranas. Con Cruyff como jugador blaugrana, el Barcelona consiguió un 40% de triunfos, por el 30% de los blancos. Eso sin contar con que el Barcelona volvió a conquistar la Liga tras muchos años de sequía.

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En los nueve años que transcurrieron entre el Cruyff jugador y el Cruyff entrenador, el Real Madrid logró 9 triunfos en los clásicos ligueros. El Barcelona sumó 11. Dos empates. Incluidos los dos partidos del play off que se jugó en la campaña 1986-87. Máxima igualdad, por tanto, entre ambos. La tendencia había variado, pero no hacia una supremacía absoluta del conjunto catalán, sino hacia una igualdad que no había existido como tal en las primeras cuatro décadas de campeonato liguero.

El holandés ocupa el banquillo durante ocho temporadas (1988 a 1996). En ese lapso de tiempo se juegan 16 clásicos, de los que el Barcelona gana 7 y pierde 5 (con cuatro empates). Aumenta ligeramente el dominio azulgrana, con el Dream Team conquistador de la primera Copa de Europa del Barcelona y de las cuatro ligas consecutivas. Sin embargo, hay un debe que Cruyff no logra solucionar. Solo uno de esos siete triunfos llega en el Bernabéu, donde el Barcelona acumula cinco derrotas en ocho encuentros.

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La caída de Cruyff sumerge al Barça en un periodo de vaivenes deportivos e institucionales que favorece la recuperación blanca en los clásicos. El Real Madrid logra tres triunfos hasta la llegada de Rijkaard al banquillo (2003). El Barcelona gana cinco partidos en esa época, mientras que se registran 6 empates.

Frank Rijkaard recupera el brillo del equipo, pero en lo tocante a clásicos, su balance es pobre. A pesar de lograr ese afamado 0-3 en el Bernabéu, solo logra ganar 3 de los 10 clásicos ligueros que disputa, dos de ellos en feudo madridista.

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Y llega la era Guardiola.

Si en los primeros 45 años de campeonato el dominio había sido blanco, los 34 transcurridos entre la llegada de Cruyff como jugador y la de Guardiola como entrenador se resumen en una idea: igualdad. 26 triunfos para cada club y 12 empates.

Guardiola, Messi, Sergio Busquets, Pedro, Xavi, Iniesta, Piqué, son los artífices del gran cambio de tendencia en el fútbol español. De ese «hemos cambiado la historia» de Busquets.

Entre la temporada 2008-09 y la actual se han jugado 15 clásicos ligueros. Ocho con Guardiola, dos con Tito Vilanova (suplido por Roura en el segundo por su enfermedad), dos con Martino y tres con Luis Enrique. El balance es azulgrana. Sin paliativos. 10 victorias del Barcelona, 2 empates y solo 3 triunfos del Real Madrid. 37 goles a favor de los azulgrana. 18 goles en contra. Con hitos como el 2-6 de la temporada 2008-09, el 5-0 del curso 2010-11 o el último 0-4 de la primera vuelta del presente campeonato.

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Busquets tenía razón. Han cambiado la historia del clásico. Por ahora, el histórico de clásicos ligueros mantiene la ventaja del Real Madrid: 71-68 (con 35 empates). Un dominio que ahora está más en disputa que nunca.

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