El hombre que puso el balonmano de Tudela en el mapa
A partir de ahora el pabellón polideportivo llevará el nombre del fundador del club, Félix Martín Serna
«Bienvenidos al Félix Martín Serna», celebraba el pasado 26 de noviembre el Club Balonmano Tudela, día en el que se homenajeó al que en la localidad se conoce como «Padre del Balonmano Tudelano». Ese día se cambió el nombre del pabellón donde «entrenamos, ganamos, perdemos y el sitio donde hemos aprendido a amar el balonmano». A partir de ese momento, el pabellón polideportivo «lleva el nombre del hombre que trajo hace 45 años a este municipio el mejor deporte del mundo ¡Muchas gracias Félix!».
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De esta forma, rubricada con dos corazones con los colores del Balonmano Tudela, festejaba este Club, en redes sociales, el nuevo nombre del recinto deportivo donde viven y disfrutan su deporte, su pasión. El ahora ya San Roque-Félix Martín Serna acogió un caluroso reconocimiento a quien impulsó y fue uno de los fundadores del Club.
A sus 90 años y acompañado de su familia, a Félix le esperaba una grata sorpresa, de la cual tuvo noticia in situ, al pisar el pabellón que ahora lleva su nombre a través de una propuesta del Ayuntamiento y apoyada por los vecinos. Estos, en un pleno popular, votaron de forma multitudinaria -por más de 400 votos- el cambio del nombre y así reconocer la labor que Martín Serna ha hecho por el balonmano en Tudela, pero especialmente lo que ha hecho por los tudelanos y tudelanas a través de la práctica de este deporte. Porque tal y como señaló el regidor -Luis Javier Gómez- en el acto de homenaje, «Félix convirtió el Club en todo una ejemplo a la sociedad», entre otros motivos, también por «haber fomentado la participación femenina. Nos has dado una lección», señaló Gómez.
Una lección interiorizada y agradecida por jóvenes del Balonmano Tudela como Ángela Rodríguez, de 17 años, monitora del Club, en el que lleva desde los 10 años, como antes estuvieron miembros de su familia, como su propia madre, «quien ha jugado toda la vida en él», señala Ángela. Como reconoce, Félix «es una persona muy importante a la que tenemos todos mucho cariño. Todo el mundo que le conoce habla muy bien de él, es una figura muy importante en nuestro Club y en el balonmano en general».
Por su parte, Esteban Cantalapiedra -59 años-, tesorero del Club desde que se fundó y en el que empezó con 14 años, explica que, «como le definió Juan de Dios Román, Félix era un loco que hizo posible esta afición al balonmano en este pueblo; un hombre honesto, muy trabajador, ilusionante, muy entregado a todo acto solidario también, que se involucraba al cien por cien. Fue nuestro padre. Para mí mi maestro, mi mentor y por quien amo el balonmano. Siempre ha sido mi presidente, he convivido 45 con él».
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Los innumerables aplausos que se repitieron durante el acto, por parte del numeroso público que asistió, rubricaban todas las palabras de agradecimiento que le brindaron los distintos intervinientes. Repetidas ovaciones que Félix agradeció y reflejó en sus emocionados ojos.
Anécdotas, vivencias, muchos recuerdos afloraron durante el homenaje, muchas muestras de cariño hacia quien tanto ha hecho por este deporte y por quienes lo practicaron gracias a él, a su entrega, generosidad y mucha humildad, porque como el propio Félix reconoció en el polideportivo que ahora lleva su nombre, «yo no lo he hecho solo, lo ha hecho todo el pueblo. He puesto lo que he podido, pero en general lo ha hecho todo el pueblo».
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Félix nación en Tudela de Duero en 1932, en la que todavía se conoce como la fábrica de la luz, una central hidroeléctrica situada a la entrada del pueblo, junto al puente de piedra bajo el que discurre el Duero. Como cuenta una de sus sobrinas, Amaya Martín, «allí se crió con sus hermanos y sus primos. Su padre falleció pronto, mi tío tendría 7 años. Félix empezó ayudando a su familia en los huertos que tenían y, como joven e independiente que era, pues quería labrarse su futuro, empezó a trabajar como obrero de la construcción. Participó en la construcción de la nave que iba a ser la SAVA, y luego pasó a trabajar para esta empresa donde trabajó toda su vida como encargado de almacén. Se prejubiló y a partir de ahí tuvo el cien por cien del tiempo para dedicarse al balonmano».
Amaya desconoce de dónde le viene la afición a su tío, reflejando que «desde que tengo uso de razón le he visto por y para el balonmano. Tengo 46 años, al año siguiente de nacer yo fue cuando se creó el Club y siempre le he visto con el balonmano», por ello, por ser algo que ha vivido desde siempre, «nunca le he preguntado por esa afición, no hemos tenido esa curiosidad porque era normal ir a su casa y verle siempre con los balones, llevando a los chicos trayéndoles...».
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Muchas generaciones de Tudela han pasado por el Club, «generaciones y familias
con varios miembros enrolados en el balonmano. En nuestro caso han sido hermanos primos y demás; creo que en el pueblo ha pasado todo el mundo. Ese trabajo y esa huella de mi tío está muy presente en Tudela con un club muy consolidado». Y tanto, pues la horquilla de quienes lo practican dentro de él va de los 6 años a la categoría de veteranos.
Tal y como se reflejaba al arranque de este texto, recogemos y hacemos extensiva la invitación del Club Balonmano Tudela. Por lo tanto, sean ustedes «bienvenidos al Félix Martín Serna».
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