El Viveros Herol Nava logra su primera victoria en Liga

Por fin. A la séptima fue la vencida y el Viveros Herol Nava consiguió su primera victoria de la temporada en Liga. Aprovechó la inercia positiva generada por el subidón del miércoles en la Copa del Rey y ganó en la cancha en la que precisamente se estrenó esta temporada. Fue en la primera ronda de ese torneo copero que está siendo la rampa de lanzamiento para los de Álvaro Senovilla. Entonces, como este sábado, su víctima fue un Grupo Covadonga que les va a terminar por coger manía de lo que le están torturando.

El conjunto navero tenía un compromiso muy difícil en Gijón. Se enfrentaba a un rival que iba en línea ascendente tras haberse reforzado con Víctor Álvarez, un jugador que solo consiguió marcar catorce goles en la victoria de su equipo frente al Amenabar Zarautz hace una semana. Él era la principal preocupación, pero el seguimiento que le hizo Álvaro Senovilla en los últimos días sirvió para que sus jugadores, a su vez implicadísimos en la tarea, lograran neutralizarle hasta el punto de que se marchó a la caseta sin haber anotado un solo gol. Lo hizo, además, antes de tiempo ya que fue descalificado a diez minutos para el final del partido por un manotazo en la cara a Julián Rasero producto de la frustración por el magnífico marcaje al que le sometió el Nava.

Este construyó su triunfo en Gijón a partir de la defensa. Fue en esta faceta en la que brilló especialmente, con todos sus jugadores muy concentrados y comprometidos con las directrices que les había transmitido su entrenador. Estuvieron liderados por Carlos Domínguez, Julián Rasero y un Alberto Miranda que completó una estupenda actuación en la portería. Suya fue en parte la culpa de que el Grupo Covadonga se quedara en unos pobres diecinueve goles, aunque el Nava ya se está acostumbrando a cortar el grifo a casi todos sus rivales.

Le falta elevar sus prestaciones en la parcela ofensiva para que la ecuación sea perfecta. Ayer volvió a exhibir las carencias que le están acompañando en este arranque de temporada, pero su concentración en defensa le permitió compensar esos fallos. Carlos Villagrán le mantuvo a flote durante una primera mitad en la que llevó más la iniciativa en el marcador el conjunto gijonés; Guillermo Campillo aportó dos goles; Isma Juárez hizo otros seis pese a error un par de lanzamiento de siete metros; y Bruno Vírseda puso el sello al triunfo en los últimos instantes al transformar precisamente un penalti. Hasta Simón se animó a jugar (y anotó un gol) pese a arrastrar unas molestias en el banquillo.

Nadie sobró en una victoria que permite al Nava asomar la cabeza en la parte baja de esta División de Honor Plata. Con los dos puntos logrados en Gijón, que se une al logrado la semana pasada ante el Alcobendas, el equipo que entrena Álvaro Senovilla deja el farolillo rojo en manos del Amenabar Zarautz y tiene la posibilidad de escalar hasta la décima posición si la próxima semana gana en Nava de la Asunción el partido que tiene aplazado de la primera jornada contra el Handbol Bordils. El resto no sumarán y puede meterles una bocado para terminar de confirmar que el mal arranque de Liga que ha protagonizado ha sido solo una circunstancia pasajera. La suerte vuelve a sonreírle y quiere volver a vestirse el traje de superhéroe que no se ha quitado en los últimos años.