Baloncesto

El más difícil todavía

«La sanción por el caso Othello Hunter es producto de la gestión irresponsable de personas que ya no están en el CBValladolid»

pepe catalina

Viernes, 3 de octubre 2014, 15:16

Cuando parecía que en el CB Valladolid estaban empezando a curarse de sus males deportivos tras una temporada nefasta, el duro revés de la imposibilidad de contar con Eduardo Hernández-Sonseca les ha vuelto a dejar una situación complicada, acompañada de una sensación de frustración generalizada.

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La dichosa sentencia condenatoria de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) por el asunto del exjugador morado Othello Hunter es algo muy serio. Es un producto de la gestión irresponsable de algunos que ya no están en el club, pero que no dudaron en alardear en su momento por el buen rendimiento de una serie de fichajes que sabían de antemano no iban a poder pagar. La sanción, que les impide contratar jugadores que precisen de transfer internacional, limita muchísimo las posibilidades de construir un equipo decente y mucho más cuando se cuenta con tan pocos recursos económicos.

Es cierto que el club arriesgó y se confió a la hora de afrontar este fichaje en esas circunstancias, pero también lo es que los organismos competentes le dieron bastantes esperanzas de poder sacarlo adelante. Ahora, sin Hernández-Sonseca en sus filas, es innegable que el equipo baja bastantes enteros. El pívot madrileño es de los que marcan diferencias en la categoría por sus condiciones físicas y técnicas. Además, su excelente entendimiento con Porfi Fisac, fundamental para devolverle a su mejor nivel, ya estaba siendo público y notorio. De poder aspirar a estar muy cerca de los mejores, a quedar en la posición de debilidad actual, a expensas de ver qué sustituto pueden encontrar.

A pesar de todo ello, que no es poco, y evitando la tentación habitual del género humano de hacer leña del árbol caído, también ha habido unas cuantas cosas positivas con las que hay tratar de empezar la nueva temporada. Desde la celebrada contratación del técnico segoviano Porfi Fisac como líder adecuado para abanderar ese volver a empezar, hasta la confección de un equipo muy interesante en tiempo y forma, y con muy poco dinero.

Porfi ha sido capaz de ingeniárselas para que el ADN de este grupo sea de los que inspiran confianza, con jugadores de diferentes perfiles y circunstancias pesonales, pero todos ellos deseosos de entregarse al máximo para agradar y volver a ilusionar a una afición muy desencantada. Formada casi en su mayoría por jugadores españoles, muchos de ellos buenos conocedores de la categoría, y sobrados de ganas por tratar de reivindicarse. Sin duda, la receta ideal para un contexto muy necesitado de recuperar esa identificación con los suyos. Este tipo de equipo es de los que conectan con la grada, porque se aprecia desde el primer momento que quieren honrar la camiseta y el escudo que portan. Y los partidos amistosos de pretemporada ya han servido para empezar a contrastar esa intuición, hasta tal punto de ganarse un respeto que no hace mucho se ponía en duda.

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Lo de Hernández-Sonseca ha sido un golpe muy duro, y ahora les toca intentar recuperarse, en un complicado ejercicio de superar el más difícil todavía. Porfi Fisac y sus chicos se merecen que puedan encontrar lo antes posible un jugador que les permita ponerse en una buena situación competitiva, para que consigan su noble objetivo de que la ciudad de Valladolid vuelva a disfrutar con el baloncesto.

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