Jacob Hanna y Taiwo, dos perfiles muy diferentes al servicio del UEMC
Ambos jugadores destacan el «hambre» y «ambición» del vestuario por conseguir el objetivo del ascenso
Cabe de todo en un vestuario, una especie de cajón de sastre que aúna diferentes personalidades llamados a convivir con sus virtudes y defectos. Un ... aspecto que cada vez tienen más en cuenta los clubes cuando reciben la llamada de los representantes, y que se acrecienta cuando la media de edad es más baja de lo normal, caso este año del CB Ciudad de Valladolid. En el UEMC 25-26, con una media de 23,3 años, nadie supera los 26 (Fares Ochi), y eso conlleva una gama de matices mucho más acusada.
Publicidad
El último acto de presentación de jugadores es un buen ejemplo. Uno pausado y tranquilo como Samuel Taiwo, al que cuesta incluso escuchar por lo bajo de su tono, y otro más nervioso y enérgico como Jacob Hanna, al que se hace difícil seguir la conversación por lo rápido que habla. Los dos han pasado por la sala de prensa del polideportivo Pisuerga para dar sus primeras impresiones sobre su llegada a Valladolid.
El nigeriano Taiwo, llamado a marcar diferencias cerca del aro, llegó 'de la mano' de David Barrio, con el que coincidió en Ibiza. «Fue fácil mi decisión, me llamó y me habló de la ambición de este club por ascender», señala, con suficiente experiencia en la categoría como para intuir diferencias y similitudes con un equipo llamado a estar arriba en la clasificación. «Creo que la principal diferencia de este equipo la marca su plantilla, mucho más joven, que puede apretar mucho en defensa y mantener un ritmo alto con un juego rápido», asegura.
Dentro de esa juventud, Taiwo destaca que nadie sobresale por encima en el vestuario. «Todos los jugadores vienen con mucha motivación y hambre, no hay vacas sagradas y eso se nota. Creo que hay muchísimo potencial defensivo y eso en esta liga es importante. Si lo conseguimos, ganaremos muchos partidos porque luego hay mucho talento en cada puesto», explica el pívot de 25 años, que apunta a la faceta defensiva como asignatura pendiente en la que progresar. «Creo que ofensivamente no tengo problema porque lo he demostrado, y donde debo mejorar es en el lado defensivo. Si lo hago seré más completo», admite.
Publicidad
Por su parte Jacob Hanna está llamado, por su carácter alegre y jovial, a aportar ese plus de energía que se necesita en un vestuario. «Este verano ví doce vídeos de él y lo que me enganchó es lo que él transmite en la cancha, la sangre y la energía que tiene», ha señalado Mike Hansen en su presentación.
«El cambio cultural es importante, pero mi aterrizaje ha resultado suave por la ayuda de mis compañeros, que están haciendo un gran trabajo», comenta Hanna (23 años), que reconoce su «ambición» para ascender a Primera FEB. «Es algo que quiero lograr, pero lo contemplo como algo colectivo», añade Hanna, que establece diferencias notables con respecto al baloncesto que ha jugado en Estados Unidos. «Aquí los jugadores son más generosos y se juega más en equipo. Allí se gastan más tiros», reconoce, apuntando también que aquí hay «mejores tiradores» y «jugadores interiores» que en su país.
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión